Cuando oyeron la acusación tenían que haber dicho: "No debemos hablar de ello. ¡Glorificado seas Señor! Esto es una calumnia grandísima".
Cuando oyeron la acusación tenían que haber dicho: "No debemos hablar de ello. ¡Glorificado seas Señor! Esto es una calumnia grandísima".