¡Oh, creyentes! No sigan los pasos del demonio, porque quien siga los pasos del demonio debe saber que él induce a cometer obscenidades y actos reprobables. Si no fuera por la gracia y la misericordia de Dios, ninguno de ustedes podría purificarse jamás de sus pecados, pero Dios purifica a quien quiere [perdonándole sus pecados]. Dios todo lo oye, todo lo sabe.