Nada ni nadie puede impedir que una misericordia de Dios alcance a la gente; pero si Él la retuviese, no hay nada ni nadie que pudiera hacer que les llegara. Él es el Poderoso, el Sabio.
Nada ni nadie puede impedir que una misericordia de Dios alcance a la gente; pero si Él la retuviese, no hay nada ni nadie que pudiera hacer que les llegara. Él es el Poderoso, el Sabio.