No es propio comparar al que puede ver [la verdad] con quien no puede verla, ni comparar al creyente que obra rectamente con el perverso [que obra el mal]. ¡Qué poco reflexionan!
No es propio comparar al que puede ver [la verdad] con quien no puede verla, ni comparar al creyente que obra rectamente con el perverso [que obra el mal]. ¡Qué poco reflexionan!