Diferente es la situación de aquel que dice a sus padres [creyentes]: "¡Ufa, déjenme en paz! Me dicen que seré resucitado, cuando ya han pasado muchas generaciones [y ninguna ha sido resucitada]". Y mientras estos, implorando a Dios [que lo guíe], dicen: "¡Ay de ti! Ten fe, pues la promesa de Dios es verdadera"; él les responde: "Estas no son más que fábulas de nuestros ancestros".