21. ¡Oh, creyentes!, no sigáis los pasos del Demonio[674]. Y quien los siga (debe saber que) él ordena la inmoralidad y las malas acciones. Y si no fuera por el favor y la misericordia de Al-lah sobre vosotros, ninguno podría purificarse nunca (de sus pecados); pero Al-lah purifica a quien quiere (aceptando su arrepentimiento). Y Al-lah oye y conoce todas las cosas.
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[674] El Demonio tienta al hombre poco a poco o paso a paso para asegurarse de que este lo seguirá. Así pues, no incita al creyente a cometer una mala acción de golpe, sino a cometer una pequeña falta o a descuidar gradualmente una buena acción, hasta que este acaba viendo bien lo que hace y desobedece, finalmente, a Al-lah.