14. A los hombres se les ha embellecido el amor por lo que desean[97]: las mujeres, los hijos varones, grandes cantidades de oro y plata, los caballos de pura raza, los ganados y las tierras de cultivo. Todo ello son placeres (efímeros) de esta vida, mas Al-lah posee junto a Él un buen lugar de retorno (y la mejor recompensa: el paraíso).
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[97] Esta aleya enumera los placeres terrenales que los árabes contemporáneos del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— deseaban más, pero es aplicable a todo aquello que el hombre puede desear en cualquier época y en cualquier lugar.