7. Y si se le recitan Nuestras aleyas, se aleja altivo como si no las oyera, como si tuviera los oídos taponados. Anúnciale (¡oh, Muhammad!) que tendrá un castigo doloroso.
7. Y si se le recitan Nuestras aleyas, se aleja altivo como si no las oyera, como si tuviera los oídos taponados. Anúnciale (¡oh, Muhammad!) que tendrá un castigo doloroso.