13. Y (recuerda, ¡oh, Muhammad!) cuando Luqman le dijo a su hijo mientras lo aconsejaba: «¡Hijo mío!, no adores a nada ni a nadie más que a Al-lah. En verdad, la idolatría es una enorme injusticia».
13. Y (recuerda, ¡oh, Muhammad!) cuando Luqman le dijo a su hijo mientras lo aconsejaba: «¡Hijo mío!, no adores a nada ni a nadie más que a Al-lah. En verdad, la idolatría es una enorme injusticia».