5. Cuando cortasteis las palmeras que cortasteis (¡oh, creyentes!) y otras las dejasteis en pie sobre sus raíces, lo hicisteis con el permiso de Al-lah para humillar a los corruptores[1030].
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[1030] Cuando los creyentes sitiaban las fortalezas de los judíos de la tribu de Bani Nadir recibieron la orden del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— de cortar y quemar las palmeras datileras de las que se proveían. Los judíos se quejaron porque el islam prohibía sembrar la corrupción en la tierra y ordenaba respetar los campos y las cosechas durante las batallas. Entonces Al-lah reveló esta aleya que exculpaba tanto a quienes las cortaron como a quienes las dejaron en pie, puesto que lo habían hecho con Su consentimiento.
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