6. Y eso porque cuando los mensajeros de Al-lah se presentaban ante ellos con pruebas evidentes, decían: «¡¿Un ser humano (como nosotros) nos guiará?!». Rechazaban la verdad y se alejaban de ella. Mas Al-lah no tiene necesidad de ellos. Al-lah no necesita nada de nadie y es digno de toda alabanza.