32. Diles (a los idólatras, ¡oh, Muhammad!): «¿Quién ha prohibido los adornos y todas las cosas buenas que Al-lah ha concedido a Sus siervos como provisión?». Todo ello es para que lo disfruten los creyentes en esta vida (y quienes no lo son); pero en la otra vida será exclusivamente para los creyentes. Así es como explicamos Nuestra revelación para la gente que tiene conocimiento (y medita).


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