23. Y la señora de la casa intentó seducirlo y cerró las puertas. Entonces le dijo: “¡Ven a mí!”. Él contestó (rechazándola): “¡Que Al-lah me proteja! Mi amo (tu marido) me ha tratado siempre bien (no voy a traicionarlo). En verdad, los injustos no triunfarán”.