6. (Quienes rechazan la verdad) te piden (a modo de desafío) que les envíes sin demora el castigo (sobre el cual los adviertes) en vez de (pedirte) un bien, a sabiendas de que pueblos anteriores a ellos recibieron un castigo ejemplar (por su incredulidad). En verdad, tu Señor perdona a los hombres a pesar de sus malas acciones (si estos se arrepienten), pero también es severo en el castigo (con quienes continúan desobedeciéndolo y negando la verdad).