12. Y del mismo modo (que infundimos la incredulidad en sus corazones por desmentir a sus mensajeros) hacemos que esta también penetre en los corazones de los pecadores (de los habitantes de La Meca que rechazan la verdad).
12. Y del mismo modo (que infundimos la incredulidad en sus corazones por desmentir a sus mensajeros) hacemos que esta también penetre en los corazones de los pecadores (de los habitantes de La Meca que rechazan la verdad).