40. E hice que tu hermana te siguiera y dijera (a quienes te recogieron, tras ver que no aceptabas a ninguna nodriza): ‘¿Quieren que los guíe hacia quien puede hacerse cargo de él (para amamantarlo)?’. Y así es como te devolvimos a tu madre para que se alegrara y no estuviera afligida. Después mataste a un hombre[575] y te salvamos de ser castigado; y te pusimos a prueba en diversas ocasiones. Luego viviste unos años en el pueblo de Madián; y finalmente has acudido a la cita Conmigo que había decretado, ¡oh, Moisés!
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[575] Ver la aleya 15 de la sura 28.