11. Ciertamente, quienes extendieron la calumnia (contra ‘Aisha)[672] fue un grupo de ustedes (los creyentes). No piensen que ello los perjudicará (a quienes no tuvieron nada que ver con la calumnia), pues los beneficiará (al esclarecerse el asunto y probarse la inocencia de ‘Aisha). Todos los que participaron en la calumnia obtendrán su merecido por la parte del pecado que les corresponda, y el principal responsable[673] tendrá un terrible castigo.
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[672] Esta aleya y las siguientes se refieren a la calumnia contra ‘Aisha, una de las esposa del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, ya que circularon los comentarios de que había cometido adulterio, sin prueba de ello, al regresar de una expedición militar en la que había acompañado a su esposo. La caravana en la que viajaban había partido sin darse cuenta de que faltaba la joven esposa del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, quien se había entretenido buscando un collar que había perdido. Al amanecer fue encontrada por un hombre que se había quedado rezagado, y este la llevó en su camello hasta alcanzar el resto de la caravana. Los rumores sobre el posible adulterio empezaron a circular cuando llegaron a la ciudad.
[673] Quien inventó la calumnia y la propagó fue el jefe de los hipócritas de Medina y no un creyente. El pecado en el que incurrieron los creyentes fue extender de boca en boca los rumores que empezaron a circular en la ciudad en vez de defender la inocencia de ‘Aisha —que Al-lah esté complacido con ella—, y por ello también tienen su parte de culpa.