79. No es posible que un hombre, al que Al-lah le haya concedido una Escritura Sagrada y sabiduría (entendimiento sobre la religión y sus preceptos) y lo haya hecho Profeta, diga a su gente: “Adórenme a mí en vez de a Al-lah”; más bien les diría: “Sean divulgadores sabios y rectos de la religión de Al-lah, puesto que enseñan Su revelación y la estudian”.