35. Dijo: “¡Señor!, perdóname y concédeme un reino que nunca nadie podrá tener después de mí. Tú, realmente, concedes lo que quieres a quien te place”.
35. Dijo: “¡Señor!, perdóname y concédeme un reino que nunca nadie podrá tener después de mí. Tú, realmente, concedes lo que quieres a quien te place”.