8. ese que oye las aleyas de Al-lah que se le recitan y aun así persiste (en la incredulidad), altivo, como si no las oyera. Anúnciale (¡oh, Muhammad!) que tendrá un castigo doloroso.
8. ese que oye las aleyas de Al-lah que se le recitan y aun así persiste (en la incredulidad), altivo, como si no las oyera. Anúnciale (¡oh, Muhammad!) que tendrá un castigo doloroso.