27. Después hicimos que los sucedieran otros mensajeros. Y enviamos como Mensajero a Jesús, hijo de María, a quien concedimos el Evangelio; e infundimos en los corazones de quienes lo siguieron la compasión y la misericordia. Y ellos establecieron el monacato, sin que Nosotros se lo prescribiéramos, anhelando la complacencia de Al-lah; pero no lo cumplieron como debían. Y concedimos su debida recompensa a quienes de entre ellos creyeron (y no alteraron la verdad); pero muchos fueron rebeldes (al desobedecer los mandatos de Al-lah).


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