59. ¡Oh, creyentes!, obedezcan a Al-lah, al Mensajero[153] y a quienes tengan autoridad sobre ustedes (siempre y cuando no se opongan a los mandatos de Al-lah). Y si discrepan en algo, remítanlo a Al-lah y a Su Mensajero, si de verdad creen en Él y en el Día de la Resurrección. Esto es lo mejor para ustedes y la solución más correcta al final.
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[153] Las fuentes principales del Islam son dos: el Corán y la sunnah,que podemos resumir como la recopilación de las enseñanzas del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. La sunnah es imprescindible para entender el Corán, y asuntos tan básicos y fundamentales en la religión como la manera de rezar o de efectuar el salat los encontramos descritos en la sunnah, y no en el Corán; así pues, resulta indispensable seguirla para completar la práctica de la religión. Esta aleya, junto con la 69 y 80 de esta misma sura y muchas otras más, es una prueba de que debemos obedecer al Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. Hay un dicho (hadiz) que recoge las siguientes palabras del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—:“Todos entrarán al Paraíso, salvo aquellos que se nieguen a hacerlo”. Los presentes preguntaron extrañados: “Pero ¿acaso hay quien se niegue a entrar al Paraíso?”. El Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— respondió: “Quien obedezca las enseñanzas que doy entrará al Paraíso; y quien se niegue, se habrá negado a entrar en él”.