46. Di (a tu gente, ¡oh, Muhammad!): “Díganme; si Al-lah les arrebatase el oído y la vista y les sellara los corazones, ¿qué divinidad fuera de Al-lah podría devolvérsela?”. Observa cómo les explicamos las pruebas (de la unicidad de Al-lah) y cómo ellos, no obstante, se apartan (y las rechazan).