1. ¡Que sean destruidas las manos de Abu Lahab!, ¡que él sea destruido![1199]
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[1199] Cuando el profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— convocó a los habitantes de La Meca para anunciarles que había sido escogido por Al-lah como profeta, su tío Abu Lahab —acérrimo enemigo del islam— le dijo: «¡Que seas destruido!, para esto nos has llamado». Al-lah le responde en esta aleya con las mismas palabras, diciendo que sea él el destruido por sus acciones contra el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y por su oposición a la verdad.


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