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من تأليف: المنتدى الاسلامي .

1. Te preguntan (¡oh, Muhammad!) sobre los botines de guerra[275]. Diles que los botines son (competencia) de Al-lah y de Su Mensajero (quien los dividirá según Al-lah le ordene). Teman a Al-lah y arreglen las diferencias entre ustedes; y obedezcan a Al-lah y a Su Mensajero, si de verdad son creyentes.
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[275] Esta aleya fue revelada tras un conflicto entre los creyentes acerca de cómo repartirse el botín tras la batalla de Badr (ver la nota de la aleya 13 de la sura 3 sobre esta batalla).
2. Ciertamente, los (verdaderos) creyentes son esos cuyos corazones se estremecen por temor a Al-lah cuando Este es mencionado y, cuando se les recitan Sus aleyas, aumenta su fe, y depositan su confianza en su Señor;
3. son esos que cumplen el salat y dan (en caridad) de lo que les hemos proveído como sustento.
4. Esos son los verdaderos creyentes. Ocuparán diferentes niveles ante su Señor (en el Paraíso) y obtendrán (Su) perdón y una generosa provisión (como recompensa).
5. Del mismo modo que Al-lah te ordenó dejar tu hogar (para luchar en Badr, ¡oh, Muhammad!) a pesar de que no era del agrado de un grupo de creyentes (y te discutieron la decisión, Al-lah ha dividido ahora el botín con justicia tras disputar sobre él los creyentes).
6. Un grupo de ellos te discutía (acerca de luchar), cuando se les había evidenciado que era un hecho decidido (por Al-lah), como si (al combatir) fueran conducidos hacia una muerte que podían ver.
7. Y recuerda (¡oh, Muhammad!) cuando Al-lah les prometió que uno de los dos objetivos (la caravana o la tropa enemiga) caería en sus manos[276]. Ustedes deseaban que fuera el constituido por el grupo desarmado (la caravana), mientras que Al-lah quería que se cumpliera Su promesa de hacer triunfar la verdad (el Islam) y acabar con quienes rechazaban la verdad.
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[276] Cuando los creyentes salieron con el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— para Badr, no sabían que iban a combatir. Su intención era asaltar la caravana de un rico mercader, Abu Sufian, líder de los incrédulos de La Meca, para recuperar los bienes que habían dejado atrás en su ciudad cuando emigraron a Medina y que los idólatras habían confiscado. No obstante, los planes de Al-lah, el Altísimo, eran otros, como refleja la aleya. Un ejército había salido de La Meca para proteger la caravana de Abu Sufian, y Al-lah reveló al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— la orden de dejar pasar la caravana y atacar el ejército, decisión que no fue del agrado de todos los creyentes.
8. (Al-lah quería que se enfrentaran al ejército enemigo) para que triunfara la verdad (Su religión) y se desvaneciera la falsedad, aunque ello no fuera del agrado de los idólatras.
9. Y (recuerda) cuando imploraron ayuda a su Señor y Él les contestó: “Les enviaré como refuerzo a mil ángeles que se irán sucediendo unos a otros[277]”.
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[277] También puede entenderse que se irán sucediendo de mil en mil.
10. Y Al-lah no les envió tales refuerzos sino para darles una buena noticia y sosegar sus corazones; y la victoria solo proviene de Al-lah. Ciertamente, Al-lah es Poderoso y Sabio.
11. Y (recuerda) cuando Al-lah los envolvió con un sueño tranquilizador e hizo que descendiera la lluvia sobre ustedes para purificarlos, para hacer desaparecer los malos pensamientos que les sugería el Demonio[278] y fortalecer así sus corazones y afianzar sus pasos.
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[278] Cuando los creyentes acamparon en Badr, se hallaban en un valle de arena lejos de los pozos de agua de la zona, los cuales estaban en poder del enemigo. Entonces el Demonio quiso sembrar la duda en ellos susurrándoles que si realmente estaban en la verdad y se encontraba entre ellos el Mensajero de Al-lah, el agua que ellos necesitaban para la ablución y para beber no estaría en manos de los idólatras. La lluvia devolvió la seguridad a los creyentes y ayudó a apisonar la arena para que la tierra se volviese más firme y estos pudiesen desplazarse con mayor facilidad hasta su encuentro con el enemigo.
12. (Recuerda, ¡oh, Muhammad!) cuando tu Señor inspiró a los ángeles: “Estoy con ustedes; fortalezcan a los creyentes (con la buena noticia del auxilio de Al-lah). Infundiré terror en los corazones de los incrédulos. Golpeen a estos, pues, por encima del cuello y en todos los dedos”.
13. Esto es por haberse enfrentado a Al-lah y a Su Mensajero. Y quien se oponga a Al-lah y a Su Mensajero (que sepa que) Al-lah es severo en el castigo.
14. Este es su merecido, ¡súfranlo, pues! Y quienes rechazan la verdad recibirán el castigo del fuego.
15. ¡Oh, creyentes!, si encuentran a quienes rechazan la verdad en el campo de batalla, no huyan de ellos.
16. Y quien huya, a menos que no sea como estratagema de guerra o para unirse a otra tropa, habrá incurrido en la ira de Al-lah y tendrá por morada el Infierno. ¡Y qué pésimo destino!
17. Y no mataron ustedes (al enemigo con su propio poder en Badr), sino que fue Al-lah Quien lo hizo; y no fuiste tú (¡oh, Muhammad!) quien hizo que el puñado de tierra y guijarros que arrojaste llegase a los ojos del enemigo, sino que fue Al-lah Quien lo hizo (para derrotarlos) y para poner a los creyentes a prueba con los favores que recibían de parte de su Señor (la victoria y el botín). En verdad, Al-lah oye y conoce todas las cosas.
18. Esto es lo que sucedió, y Al-lah debilita los planes de quienes rechazan la verdad.
19. Si piden que Al-lah dictamine acerca de ustedes (que rechazan la verdad), ciertamente ha llegado Su dictamen (con su derrota), y si abandonan (la incredulidad y la lucha), será mejor para ustedes. Si vuelven (a combatir al Profeta), volveremos (a concederle la victoria) y de nada les servirán sus fuerzas, aunque sean numerosas. Al-lah está, en verdad, con los creyentes.
20. ¡Oh, creyentes!, obedezcan a Al-lah y a Su Mensajero y no lo desobedezcan, puesto que escuchan (el Corán y la exhortación).
21. Y no sean como quienes dicen: “Escuchamos”, pero en verdad no escuchan.
22. Las peores criaturas para Al-lah son quienes no quieren ni oír ni pronunciar la verdad y no razonan.
23. Si Al-lah hubiese reconocido en ellos algún bien, habría hecho que escucharan; mas, aunque hubiesen escuchado, habrían rechazado la verdad dándole la espalda con aversión.
24. ¡Oh, creyentes!, respondan a Al-lah y a Su Mensajero obedeciéndolos cuando los llaman a (la fe y al cumplimiento del Corán), lo que les dará la vida (eterna). Y sepan que Al-lah se interpone entre el hombre y su corazón[279], y que serán reunidos ante Él (el Día de la Resurrección).
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[279] Al-lah quiere que el creyente se apresure a realizar buenas acciones porque este no sabe cuándo Al-lah ha decretado su muerte. También puede significar que Él se interpone entre quien rechaza la verdad y la fe; entre el creyente y la incredulidad; o bien, que Él puede alterar el corazón del hombre y hacer que deje de creer, por lo que debe aferrarse a los mandatos de Al-lah y debe pedirle que reafirme su corazón en la fe.
25. Y teman un castigo que no se abatirá solo sobre los injustos de entre ustedes (pues también afectará a quienes no prohíban el mal). Y sepan que Al-lah es severo en el castigo.
26. Y recuerden cuando eran pocos y oprimidos en la tierra (de La Meca) y temían que la gente (idólatra) los capturara. Entonces, Él les dio refugio (en ciudad de Medina) y los fortaleció con la victoria (de Badr) y les concedió bienes para que fueran agradecidos.
27. ¡Oh, creyentes!, no traicionen a Al-lah y a Su Mensajero ni violen a sabiendas lo que se les ha confiado (abandonando el cumplimiento de los mandatos de Al-lah).
28. Y sepan que sus bienes y sus hijos son, en realidad, una prueba[280], y que Al-lah tiene reservada una inmensa recompensa (a quien Lo tema y obedezca).
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[280] Al-lah pone al hombre a prueba con los bienes y los hijos que le ha concedido para ver si es agradecido y Le obedece en lo que le ha ordenado al respecto, o si se deja seducir por ello y descuida la otra vida.
29. ¡Oh, creyentes!, si temen a Al-lah (obedeciéndolo en lo que les ha ordenado y alejándose de lo que les ha prohibido), Él los guiará hacia la distinción entre la verdad y la falsedad, borrará sus faltas y los perdonará; y Al-lah es dueño del favor inmenso.
30. Y (recuerda, ¡oh, Muhammad!) cuando los incrédulos (de La Meca) tramaron apresarte, matarte o expulsarte de tu territorio. Tramaron un plan en tu contra, pero Al-lah también tramó el Suyo (y te salvó de ellos dándote permiso para emigrar a Medina), y Al-lah es el mejor planeando.
31. Y si se les recitan Nuestras aleyas, (los incrédulos de La Meca) dicen: “Las hemos escuchado. Si quisiéramos recitaríamos unas semejantes. No son más que viejas leyendas”.
32. Y (recuerda) cuando dijeron: “¡Señor nuestro!, si esto que se nos recita es la verdad procedente de Ti, haz que se precipiten sobre nosotros piedras del cielo o tráenos un castigo doloroso”.
33. Mas Al-lah no iba a castigarlos estando tú entre ellos, ni iba a castigarlos habiendo entre ellos gente (creyente y débil sin la capacidad para emigrar) que pide perdón.
34. ¿Y por qué no habría Al-lah de castigarlos si ellos impiden el acceso (de los creyentes y del Profeta) a la Mezquita Sagrada (para adorar a Al-lah) y no son sus guardianes y custodios? Sus guardianes son solamente los piadosos, aunque la mayoría (de los idólatras) no lo sabe.
35. La adoración de los idólatras alrededor de la Kaaba no consistía sino en silbidos y palmadas. ¡Sufran el castigo[281] (idólatras) por rechazar la verdad!
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[281] La derrota y las bajas obtenidas en la batalla de Badr.
36. Quienes se empecinan en rechazar la verdad gastan sus bienes en apartar a los hombres del camino de Al-lah. Continuarán gastándolos hasta que se lamentarán y, finalmente, serán derrotados (en esta vida). Y quienes niegan la verdad serán reunidos en el Infierno
37. para que Al-lah distinga al perverso (incrédulo) del bondadoso (creyente) y para amontonar a los perversos unos encima de otros y arrojarlos a todos al Infierno; esos serán los perdedores.
38. Diles (¡oh, Muhammad!) a quienes rechazan la verdad que si desisten (de su actitud y de combatirte y aceptan el Islam) les será perdonado lo que hayan hecho con anterioridad; pero si vuelven (a combatirte), les espera el mismo castigo de quienes los precedieron.
39. Y combatan a los idólatras hasta que dejen de perseguir a los creyentes para que abandonen su religión, y que se adore solo a Al-lah; pero si dejan de perseguirlos y de rechazar la verdad, (que sepan) que Al-lah ve lo que hacen.
40. Y si vuelven la espalda (a la fe), sepan que Al-lah es el protector de ustedes; ¡qué excelente protector y qué excelente auxiliador!
41. Y sepan que de cualquier botín que obtengan (tras vencer en una batalla), una quinta parte le corresponde a Al-lah[282], a Su Mensajero, a sus parientes cercanos, a los huérfanos, a los pobres y a los viajeros (que no dispongan de medios), si de verdad creen en Al-lah y en lo que revelamos a Su siervo el día en que se marcó la distinción entre la verdad y la falsedad, cuando se enfrentaron las dos tropas (en Badr: la de los creyentes y la de los idólatras de La Meca). Y Al-lah es Todopoderoso.
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[282] Una quinta parte debe ser distribuida en la causa de Al-lah entre las personas mencionas en la aleya, mientras que las cuatro quintas partes restantes son para el ejército.
42. (Recuerden) cuando (el día de la batalla de Badr) ustedes estaban en la zona del valle más cercana (a Medina) y ellos, en la más lejana, y la caravana se hallaba situada más abajo que ustedes (en la zona cercana al mar). Si se hubieran puesto de acuerdo para encontrarse ustedes y sus enemigos, no lo habrían conseguido. Pero Al-lah hizo que se encontraran para que se cumpliera lo que estaba decretado (la victoria de los seguidores de Al-lah y la derrota de Sus enemigos); para que quienes cayesen derrotados (por haber escogido el rechazo a la verdad) lo hiciesen tras una prueba clara (de hallarse en el extravío al ser derrotados); y para que quienes sobrevivieran (los creyentes), lo hiciesen con la seguridad de saberse en lo cierto (por el triunfo logrado). Y, en verdad, Al-lah oye y conoce todas las cosas.
43. Y (recuerda, ¡oh, Muhammad!) cuando Al-lah te mostró al enemigo como poco numeroso en un sueño; pues, de habértelo mostrado numeroso, habrías flaqueado y habrías discutido sobre el asunto[283], pero Al-lah los salvó. En verdad, Él conoce lo que albergan los corazones.
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[283] Debe entenderse que quienes habrían flaqueado y discutido acerca de la orden de luchar son los compañeros del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, y no el Mensajero de Al-lah —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, quien siempre se mostró firme en su fe.
44. Y (recuerda) cuando se encontraron en la batalla y Al-lah hizo que el enemigo apareciese como poco numeroso ante sus ojos, mientras que también hizo que ellos los vieran (a ustedes) como unos pocos para que se cumpliera lo que estaba decretado (el triunfo del Islam en la batalla de Badr). Y a Al-lah regresarán todos los asuntos (para que Él decida sobre ellos).
45. ¡Oh, creyentes!, si se encuentran con una tropa enemiga, manténganse firmes y supliquen mucho a Al-lah (pidiéndole la victoria) para que triunfen.
46. Y obedezcan a Al-lah y a Su Mensajero, y no discrepen entre ustedes, pues flaquearían y perderían su fuerza. Y tengan paciencia; ciertamente, Al-lah está con los pacientes.
47. Y no sean como quienes salieron de sus hogares con arrogancia y haciendo ostentación ante la gente para apartar a los hombres del camino de Al-lah[284]. El conocimiento de Al-lah abarca todo lo que hacen.
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[284] Esta aleya hace referencia a los incrédulos de La Meca cuando, tras saber que su caravana no había sido interceptada, en lugar de regresar a La Meca quisieron proseguir hasta el pozo de Badr y celebrar su victoria degollando camellos y bebiendo vino, para que la gente hablara de ellos con orgullo por lo que habían logrado.
48. Y (recuerda) cuando el Demonio hizo que las acciones de los idólatras les pareciesen buenas a sus ojos, y les dijo (bajo la apariencia de uno de sus líderes): “¡Nadie los podrá vencer hoy, pues yo estoy con ustedes para socorrerlos!”. Sin embargo, cuando ambas tropas se encontraron de frente, el Demonio retrocedió huyendo, y dijo: “No tengo nada que ver con ustedes. Veo lo que no pueden ver (a los ángeles) y temo a Al-lah, pues Él es severo en el castigo”.
49. Y (recuerden) cuando los hipócritas y quienes albergaban en su corazón la enfermedad (de la duda y la incredulidad) dijeron (al ver el escaso número de creyentes en la batalla): “Esos se han dejado engañar por su religión”. Pero quienes depositen su confianza en Al-lah, (deben saber que) Al-lah es Poderoso y Sabio.
50. ¡Si pudieras ver (oh, Muhammad) cuando los ángeles tomen las almas al morir de quienes rechazan la verdad y los golpeen[285] en el rostro y en la espalda diciéndoles: “Sufran el castigo del fuego”!
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[285] Los ángeles los golpean para que salgan sus almas, porque estas se niegan a salir por sí mismas al saber el castigo que les espera (ver la aleya 93 de la sura 6).
51. (Les dirán:) “Este castigo es por (las malas acciones) que ustedes mismos han cometido; y Al-lah no es injusto con Sus siervos”.
52. El comportamiento de estos idólatras se asemeja al de la gente del Faraón y de quienes lo precedieron: (todos ellos) desmintieron las pruebas y revelaciones de Al-lah, y Él los castigó por sus pecados. Ciertamente, Al-lah es fuerte y severo cuando castiga.
53. Tal castigo se debe a que Al-lah no cambia los favores que ha concedido a un pueblo (y se los retira), a menos que ellos mismos cambien (su bondad por maldad realizando malas acciones). Ciertamente, Al-lah oye y sabe todas las cosas.
54. El comportamiento de quienes rechazan la verdad se asemeja al de la gente del Faraón y de quienes lo precedieron: desmintieron las pruebas de su Señor y los destruimos por sus pecados, y ahogamos a la gente del Faraón. Y todos fueron injustos.
55. En verdad, las peores criaturas para Al-lah son quienes rechazan la verdad, porque no creen;
56. esos que cada vez que estableces con ellos un pacto, lo quebrantan y no temen a Al-lah.
57. Si te enfrentas a ellos en el campo de batalla y caen bajo tu poder, inflígeles un castigo ejemplar que haga que quienes los siguen se dispersen desistiendo de su hostilidad y que reflexionen.
58. Y si temes que un pueblo te traicione rompiendo su pacto (de no agresión) contigo (porque ves pruebas de ello), anúlalo para estar en igualdad de condiciones. Ciertamente, Al-lah no ama a los traidores.
59. Y que no piensen quienes rechazan la verdad que pueden esquivar Nuestro castigo, pues nunca podrán escapar de él.
60. Y preparen contra ellos todas las fuerzas que puedan, incluyendo caballos entrenados para la guerra, para amedrentar al enemigo de Al-lah y enemigo de ustedes, y a otras gentes que no conocen (que aún no han mostrado su hostilidad) mas que son del conocimiento de Al-lah. Y Al-lah los recompensará plenamente (en la otra vida) por todo lo que gasten en Su causa, y no serán tratados con injusticia (recibiendo una recompensa menor a la merecida).
61. Y si se inclinan por la paz, inclínate también por ella (¡oh, Muhammad!) y deposita tu confianza en Al-lah. Ciertamente, Él es el Oyente (de todas las cosas) y el Omnisciente.
62. Mas si quieren engañarte (al proponerte la paz), Al-lah te basta como protector. Él es Quien te ha apoyado con Su ayuda y con los creyentes,
63. y unió sus corazones[286]. Si hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra para hacerlo, no habrías podido unirlos, pero Al-lah los unió. Ciertamente, Él es Poderoso y Sabio.
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[286] Antes del Islam, había muchos enfrentamientos entre las tribus árabes de Medina debido a su odio y enemistad, pero el Islam los unió y Al-lah hizo que todos apoyaran al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—.
64. ¡Profeta!, Al-lah te basta a ti y a los creyentes que te siguen (contra sus enemigos).
65. ¡Profeta, anima a los creyentes al combate! Si hubiese entre ustedes veinte hombres pacientes, estos deberían vencer a doscientos (del ejército enemigo); y doscientos (de los suyos) deberían vencer a mil de quienes rechazan la verdad porque son gentes que no comprenden.
66. Al-lah ha atenuado ahora su deber porque sabe que hay debilidad en ustedes. Así pues, cien hombres pacientes de los suyos deberían vencer a doscientos (del ejército enemigo); y mil, a dos mil[287] con el permiso de Al-lah; y Al-lah está con los pacientes.
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[287] Ello significa que los creyentes deben luchar contra el enemigo y no deben retirarse de la batalla, aunque los enemigos los doblen en número. No obstante, si estos los triplicasen o los superasen todavía más en número, los creyentes no tendrían la obligación de enfrentarse a ellos y podrían rehuir la lucha. La aleya anterior queda, pues, derogada por esta y demuestra que Al-lah no quiere la dificultad para Sus siervos.
67. Un Profeta no debe tomar prisioneros de guerra (y liberarlos mediante un rescate) antes de haber diezmado y debilitado en la tierra a quienes rechazan la verdad[288]. Quieren los bienes de este mundo (al pedir un rescate por los prisioneros), pero Al-lah quiere (para ustedes) los bienes de la otra vida; y Al-lah es Poderoso y Sabio.
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[288] En los comienzos del Islam, Al-lah no permitía a los creyentes tomar prisioneros de guerra porque los enemigos del Islam eran muy numerosos y los creyentes muy pocos; y si los enemigos quedaban libres mediante un rescate, podrían volver a atacarlos poco después. Cuando el Islam fue cobrando seguidores y fue fortaleciéndose, sí tenían la opción de tomar prisioneros y pedir un rescate por ellos según la aleya 4 de la sura 47.
68. Si no fuera por lo que Al-lah decretó[289] con anterioridad, habrían recibido un terrible castigo por los (rescates) que obtuvieron.
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[289] Esta aleya fue revelada tras la batalla de Badr, después de que el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y los creyentes tomasen cautivos de guerra y los liberasen mediante el pago de un rescate. Entonces Al-lah no había revelado aún una aleya que permitiera tal acción y los reprende por haber tomado dicha decisión, aunque no los castiga porque había decretado que la nación de Muhammad podría obtener botines y tomar prisioneros de guerra más adelante.
69. Disfruten, pues, del botín obtenido, el cual es lícito y bueno; y teman a Al-lah. Ciertamente, Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
70. ¡Profeta!, diles a los cautivos que hayan caído en sus manos (en Badr): “Si Al-lah ve el bien (la fe sincera) en sus corazones, les concederá algo aún mejor de lo que les ha sido tomado (como rescate) y los perdonará; y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
71. Mas si (después de dejarlos en libertad) pretenden traicionarte, (debes saber que) ya traicionaron a Al-lah con anterioridad (al no creer en Él) y Al-lah les dio poder sobre ellos (y los vencieron); y Al-lah es Omnisciente y Sabio.
72. Ciertamente, quienes creyeron en Al-lah y en Su Mensajero, emigraron (por la religión) y lucharon por la causa de Al-lah con sus bienes y sus vidas, así como quienes les dieron refugio (los habitantes de Medina) y los apoyaron, esos son aliados los unos de los otros. Y quienes creyeron pero no emigraron no tienen derecho a su protección ni a su ayuda hasta que emigren. Mas si les piden ayuda en nombre de la religión que los une (ante el enemigo que los ataca), deben ayudarlos, salvo que para ello tengan enfrentarse a un pueblo con quienes mantienen un pacto de no agresión; y Al-lah ve lo que hacen.
73. Y quienes rechazan la verdad son aliados entre ellos. Y si ustedes (creyentes) no se protegieran los unos a los otros, se extendería sobre la tierra la persecución contra la religión de Al-lah y una gran maldad y corrupción.
74. Y quienes creyeron, emigraron y lucharon por la causa de Al-lah, así como quienes los refugiaron y auxiliaron, esos son los verdaderos creyentes, y recibirán el perdón de Al-lah y una generosa recompensa.
75. Y quienes creyeron con posterioridad, emigraron y lucharon con ustedes, esos son de los suyos. Mas los parientes cercanos tienen más derecho (a la herencia) que sus hermanos en la religión, según el decreto ordenado por Al-lah. Ciertamente, Al-lah tiene conocimiento sobre todas las cosas.