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Los Poetas


Ta’. Sin. Mim.

Estos son los signos de un Libro claro.

¿Es que vas a consumirte [de tanto pesar] porque [tu gente] se niegan a creer?

Si quisiera les enviaría un signo del cielo, ante el cual sus cuellos se inclinarían con sumisión.

Siempre que se les presentó una revelación del Misericordioso se apartaron de ella.

Negaron la Verdad [una y otra vez]; ya se les informará acerca de lo que se burlaban.

¿Acaso no observan la Tierra y reparan sobre cuántas especies nobles he creado en ella?

En eso hay un signo, pero la mayoría no cree.

Tu Señor es Poderoso, Misericordioso.

[Recuerda] cuando tu Señor llamó a Moisés y le dijo: "Dirígete al pueblo injusto:

El pueblo del Faraón, y exhórtalos a comportarse con temor de Dios".

Dijo [Moisés]: "¡Oh, Señor mío! Temo que me desmientan,

y entonces mi pecho se oprima y mi lengua no pueda expresarse con fluidez. Envía, a [mi hermano] Aarón conmigo.

Ellos me acusan de un crimen y temo que me maten".

Dijo [Dios]: "No temas. Vayan ambos con Mis signos, que estaré junto a ustedes escuchando.

Preséntense ante el Faraón y díganle: ‘Somos Mensajeros enviados por el Señor del Universo.

Deja marchar con nosotros a los Hijos de Israel’".

Dijo [el Faraón]: "¿Acaso no te criamos [¡oh, Moisés!] desde niño, y permaneciste con nosotros muchos años de tu vida,

e hiciste lo que hiciste, convirtiéndote en un renegado [desagradecido con nosotros de todo lo que te dimos]?"

Dijo [Moisés]: "Cuando lo hice estaba aún en la perdición.

Luego hui de ustedes por temor [a que me mataran]. Pero mi Señor me agració con la sabiduría y me hizo uno de Sus Mensajeros.

En cuanto al favor que me recuerdas, ¿acaso no se debió a que habías esclavizado a los Hijos de Israel?"

Preguntó el Faraón: "¿Quién es el Señor del Universo?"

Dijo [Moisés]: "Es el Señor de los cielos, la Tierra y todo lo que hay entre ambos. Deberían tener certeza de eso".

Dijo [el Faraón] a quienes estaban en torno a él: "¿Han oído?"

Agregó [Moisés]: "Es su Señor y el Señor de sus ancestros".

Dijo [el Faraón a su pueblo]: "El Mensajero que les ha sido enviado es un demente".

[Moisés] prosiguió: "Él es el Señor del oriente y del occidente, y de lo que hay entre ambos. Deberían razonar sobre eso".

Dijo [el Faraón]: "Si tienes otro dios que no sea yo, haré que te encarcelen".

Dijo [Moisés]: "¿Incluso si te presentara una prueba evidente [de que soy Profeta]?"

Dijo [el Faraón]: "Preséntala, si es que dices la verdad".

Entonces [Moisés] arrojó su vara, y ésta se convirtió en una serpiente auténtica.

[Luego introdujo su mano por el cuello de su túnica y] al retirarla, ante todos los presentes, estaba blanca y resplandeciente.

Dijo [el Faraón] a la nobleza que estaba a su alrededor: "Es un hechicero experto,

que pretende expulsarlos de su tierra [de Egipto] con su magia. ¿Qué me aconsejan hacer?"

Dijeron: "Demóralos a él y a su hermano, y envía emisarios por las ciudades

para que te traigan a todo hechicero experto".

Entonces, todos los hechiceros se reunieron el día fijado.

Se le dijo a la gente: "¿Acaso no van a reunirse [para presenciar el duelo]?

Seguiremos a los hechiceros, si son ellos los que vencen".

Cuando los hechiceros se presentaron ante el Faraón, consultaron: "¿Tendremos una recompensa si somos los vencedores?"

Respondió [el Faraón]: "¡Sí!, [se los recompensará debidamente] y estarán entre mis allegados".

Les dijo Moisés [a los hechiceros]: "Arrojen lo que vayan a arrojar".

Entonces, arrojaron sus cuerdas y varas, y dijeron: "¡Por el poder del Faraón! Seremos los vencedores".

[Moisés] arrojó su vara, y ésta se tragó sus ilusiones.

Los hechiceros [al percibir que eso no era hechicería] se prosternaron [ante Dios],

y dijeron: "Creemos en el Señor del Universo,

el Señor de Moisés y de Aarón".

Dijo [el Faraón sorprendido]: "¿Acaso van a creer en él sin que yo se los permita? Creo que él es su maestro, el que les ha enseñado la magia. ¡Ya verán [mi venganza]! Haré que les amputen una mano y un pie opuestos, y luego los haré crucificar a todos".

Dijeron: "¡No nos importa! Nos volvemos al Señor.

Anhelamos que Nuestro Señor perdone nuestros pecados por haber sido los primeros creyentes [en el Mensaje de Moisés]".

[Luego] Le inspiré a Moisés: "Sal durante la noche con Mis siervos; y serán perseguidos".

El Faraón envió emisarios a las ciudades para reclutar [hombres].

[Diciendo:] "Ellos son solo unos pocos,

pero están llenos de odio hacia nosotros.

Mientras que nosotros somos numerosos y estamos alerta".

Así fue como los saqué [al Faraón y a su ejército de Egipto, un país repleto] de jardines, manantiales,

tesoros y residencias suntuosas.

Hice que los Hijos de Israel lo heredaran.

[El Faraón y su ejército] iniciaron la persecución [de los Hijos de Israel] a la salida del sol.

Cuando los dos grupos se divisaron, los seguidores de Moisés exclamaron: "¡[Pronto] seremos alcanzados!"

Dijo [Moisés]: "¡No, [no nos alcanzarán]! Pues mi Señor está conmigo, y Él me guiará [para saber cómo salvarnos]".

Le inspiré a Moisés: "Golpea el mar con tu vara", y el mar se dividió en dos. Cada lado [del mar] se asemejaba a una enorme montaña.

Luego hice que los perseguidores [el Faraón y su ejército] los siguieran,

y fue entonces cuando salvé a Moisés y a todos los que estaban con él,

ahogando a los perseguidores.

En esto hay un signo, aunque la mayoría de ellos no eran creyentes.

Tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso.

[Y] relátales [también, ¡oh, Mujámmad!] la historia de Abraham,

cuando dijo a su padre y a su pueblo: "¿Qué adoran?"

Respondieron: "Adoramos ídolos, a los que estamos consagrados".

Dijo [Abraham]: "¿Acaso pueden ellos oír sus súplicas?

¿Pueden concederles a ustedes algún beneficio o pueden causarles algún daño?"

Respondieron: "No, pero es lo que adoraban nuestros padres [y nosotros simplemente los imitamos]".

Dijo [Abraham]: "¿Acaso no han reflexionado en lo que adoran,

tanto ustedes como sus ancestros?

Ellos [los que adoran] son mis enemigos, excepto el Señor del Universo,

pues él es Quien me ha creado y me guía,

Él me da de comer y de beber.

Cuando enfermo, Él es Quien me cura.

Él es Quien me hará morir y luego me dará vida [resucitándome],

de Él anhelo que perdone mis pecados el Día del Juicio.

¡Oh, Señor mío! Concédeme sabiduría y estar entre los justos.

Concédeme tener una buena reputación entre las generaciones futuras.

Hazme estar entre los que heredarán el Jardín de las Delicias.

Perdona a mi padre, pues está extraviado

y no me humilles el Día de la Resurrección,

el día en que de nada servirán las riquezas ni los hijos,

y solo estará a salvo quien tenga el corazón puro".

[Ese día] el Paraíso estará cerca de los piadosos.

El Infierno será expuesto ante los extraviados.

Se les preguntará [a los idólatras]: "¿Dónde está lo que adoraban

en lugar de Dios? ¿Acaso pueden ellos socorrerlos o siquiera defenderse a sí mismos?"

Serán arrojados [en el Infierno] tanto los ídolos como aquellos descarriados que los adoraron,

y también los secuaces del demonio, todos juntos.

Dirán, mientras disputan:

"[Juramos] por Dios que estábamos en un error evidente,

pues equiparábamos a los ídolos con el Señor del Universo [al adorarlos].

Pero fueron los pecadores los que nos desviaron.

No tenemos a nadie que pueda interceder por nosotros,

ni siquiera tenemos un amigo íntimo [que nos ayude].

¡Ojalá se nos diera otra oportunidad [de retornar a la vida mundanal] para poder ser de los creyentes!"

En esto hay un signo, pero la mayoría de ellos no eran creyentes.

Tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso.

El pueblo de Noé desmintió a los Mensajeros.

Su hermano Noé les dijo: "Tengan temor de Dios,

soy para ustedes un Mensajero leal,

tengan temor de Dios y síganme.

No les pido remuneración a cambio [de transmitirles el Mensaje]. Mi recompensa me la dará el Señor del Universo.

Tengan temor de Dios, y síganme".

Dijeron: "¿Acaso vamos a creerte, siendo que solo te siguen los más miserables?"

Dijo [Noé]: "¿Y qué conocimiento puedo tener yo de lo que hacían [antes de venir a mí]?

Solo a mi Señor le compete juzgar sus obras. ¡Si tan solo lo entendieran!

Yo no rechazaré a ningún creyente.

Yo solo he sido enviado para amonestarlos claramente".

Dijeron: "¡Oh, Noé! Si no dejas de insultar a nuestros ídolos te lapidaremos [hasta la muerte]".

Dijo [Noé]: "¡Oh, Señor mío! Mi pueblo me ha desmentido.

Juzga definitivamente entre ellos y yo. Salva a los creyentes que están conmigo, y a mí con ellos".

Los salvé a él y a los que creyeron en él en el arca abarrotada.

Y ahogué a los que quedaron [sin subir al arca].

En esto hay un signo, pero la mayoría de ellos no eran creyentes.

Tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso.

El pueblo de ‘Ad desmintió a los Mensajeros.

Su hermano Hud les dijo: "Tengan temor de Dios,

yo soy para ustedes un Mensajero leal,

tengan temor de Dios y síganme.

No les pido remuneración a cambio [de transmitirles el Mensaje]. Mi recompensa me la dará el Señor del Universo.

Edifican enormes construcciones en todas las colinas solo por ostentación.

Habitan en palacios majestuosos como si fueran a vivir por toda la eternidad.

Cuando atacan lo hacen sin piedad.

Tengan temor de Dios y síganme.

Tengan temor de Quien los agració con todo lo que saben,

les concedió hijos, rebaños,

jardines y manantiales.

Yo, en realidad, temo que los alcance el castigo de un día gravísimo".

Dijeron: "No nos importa, nos da igual si nos exhortas o no,

esto que hacemos es lo que acostumbraban hacer nuestros ancestros,

y seguramente no seremos castigados".

Lo desmintieron [al Profeta Hud] y por eso los aniquilé. En eso hay un signo, aunque la mayoría de ellos no eran creyentes.

Tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso.

El pueblo de Zamud desmintió a los Mensajeros.

Su hermano Sálih les dijo: "Tengan temor de Dios,

yo soy para ustedes un Mensajero leal,

tengan temor de Dios y síganme.

No les pido remuneración a cambio [de transmitirles el Mensaje]. Mi recompensa me la dará el Señor del Universo.

¿Acaso piensan que se los dejará vivir seguros [para siempre] en medio de lo que ahora los rodea,

entre jardines y manantiales,

entre campos cultivados y palmeras esbeltas con frutos tiernos?

[Por ostentación] esculpen sus viviendas en las montañas.

Tengan temor de Dios y síganme.

Y no obedezcan las órdenes de los que se extralimitan,

que corrompen la Tierra y no contribuyen al establecimiento del bienestar".

Dijeron: "Tú estás hechizado,

y eres un ser humano igual que nosotros. Tráenos una prueba [milagrosa de tu profecía], si es que dices la verdad".

Dijo [Sálih: "Aquí tienen la prueba que piden,] a esta camella le corresponde beber un día y a ustedes otro.

No le hagan daño, de lo contrario los azotará el castigo de un día horrendo".

Pero la mataron, y por la mañana amanecieron arrepentidos.

El castigo los azotó. En ello hay un signo, aunque la mayoría de ellos no eran creyentes.

Tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso.

El pueblo de Lot desmintió a los Mensajeros.

Su hermano Lot les dijo: "Tengan temor de Dios,

yo soy para ustedes un Mensajero leal.

Tengan temor de Dios y síganme.

No les pido remuneración a cambio [de transmitirles el Mensaje]. Mi recompensa me la dará el Señor del Universo.

Se orientan [por elección] a los hombres [para satisfacer sus deseos sexuales] entre toda la gente del mundo,

a la vez que se apartan de lo que su Señor creó para ustedes, su esposa [una pareja mujer]. Ustedes son un pueblo trasgresor".

Dijeron: "¡Oh, Lot! Si no dejas de recriminarnos te expulsaremos".

Dijo [Lot]: "Yo, soy claramente de los que repudian lo que ustedes hacen.

¡Oh, Señor mío! Protégenos, a mi familia y a mí, de lo que ellos hacen".

Los salvé a él y a toda su familia,

excepto a la anciana [esposa de Lot] que estaba entre los que se quedaron.

Luego destruí a los demás.

Hice caer sobre ellos una lluvia [de piedras]. ¡Qué lluvia aterradora para los que habían sido advertidos!

En ello hay un signo, aunque la mayoría de ellos no eran creyentes.

Tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso.

El pueblo de Jetró desmintió a los Mensajeros.

Jetró les dijo: "Tengan temor de Dios,

yo soy para ustedes un Mensajero leal.

Tengan temor de Dios y síganme.

No les pido remuneración a cambio [de transmitirles el Mensaje]. Mi recompensa me la dará el Señor del Universo.

Sean justos al medir y no mermen,

pesen con equidad,

no estafen a la gente, no obren mal en la Tierra corrompiéndola,

y tengan temor de Quien los creó, a ustedes y a las primeras generaciones".

Le respondieron: "Tú estás hechizado,

y eres un ser humano igual que nosotros, al que consideramos un mentiroso.

Te desafiamos a que hagas caer sobre nosotros un pedazo de cielo, si es que dices la verdad".

Dijo [Jetró]: "Mi Señor conoce mejor que nadie lo que hacen".

Pero lo desmintieron, y por ello los azotó el castigo el día de la sombra. Fue el castigo de un día terrible.

En ello hay un signo, pero la mayoría de ellos no eran creyentes.

Tu Señor es el Poderoso, el Misericordioso.

Este [Corán] es una revelación del Señor del Universo.

Descendió con él el Espíritu Leal [el ángel Gabriel],

y lo grabó en tu corazón [¡oh, Mujámmad!] para que seas uno de los que advierten [a su pueblo].

Es una revelación en lengua árabe pura,

que ya estaba mencionada en las primeras Escrituras.

¿Acaso no es prueba suficiente que lo reconozcan los sabios de los Hijos de Israel?

Si se lo hubiera revelado a alguien que no hubiera sido árabe

para que se los recitara, no habrían creído.

Así he impregnado los corazones de los que hacen el mal,

porque no creerán hasta que vean el castigo doloroso.

Pero éste les llegará sorpresivamente, sin que se den cuenta.

Entonces dirán: "¿No es posible que nos den una prórroga?"

¿Acaso no te desafiaban pidiéndote que les apresurara Mi castigo?

¿Qué te parece si los dejáramos disfrutar unos años más [de la vida mundanal]?

Cuando les llegue el castigo sobre el que fueron advertidos,

de nada les servirá que se les haya dado una prórroga para seguir disfrutando [de la vida mundanal].

No he destruido ninguna ciudad sin antes haberle enviado a quien les advirtiera

con el Mensaje, porque no Soy injusto.

[Este Mensaje] no lo han hecho descender los demonios,

no les corresponde ni tienen poder para hacerlo.

A ellos no les permito oír [lo que ordeno a Mis ángeles].

Así que no invoquen a nada ni nadie junto a Dios, porque se autocondenarían al castigo.

Advierte a tus familiares cercanos.

Baja tus alas para proteger a los creyentes que te sigan.

Pero si te desobedecen, diles: "Yo no soy responsable de cómo obran".

Encomiéndate al Poderoso, el Misericordioso.

El que te ve cuando te pones de pie [para orar en soledad],

y cuando realizas tus movimientos entre los que se prosternan [durante la oración comunitaria].

Él todo lo oye, todo lo sabe.

¿Quieren que les informe sobre quién descienden los demonios?

Descienden sobre todo mentiroso perverso [que dice ser adivino].

Que prestan oídos [a los comentarios de la gente y los susurros de los demonios], pero la mayoría de lo que dicen son mentiras.

Solo los descarriados siguen a los poetas [dándoles prioridad sobre la revelación].

¿Acaso no ves cómo ellos [los poetas] en sus lugares de reunión divagan [porque no siguen la revelación],

y dicen lo que no hacen?

Excepto los creyentes de entre ellos que obran correctamente, mencionan mucho a Dios [en sus poesías], y responden con ellas a los agravios [de los poetas que se negaron a creer y ofendían en sus poesías a Mujámmad y al Islam]. Ya verán quienes hayan sido injustos, cuál será su destino.