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surah.translation
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La Victoria
Te he concedido [¡oh, Mujámmad!] una victoria evidente.
Dios te perdonará [¡oh, Mujámmad!] las faltas que cometiste y las que pudieses cometer, completará Su gracia sobre ti, te afianzará en el sendero recto,
y te dará un auxilio grandioso.
Él es Quien hizo descender el sosiego en los corazones de los creyentes para aumentarles fe a la fe que ya tenían. A Dios pertenecen los ejércitos de los cielos y de la Tierra; y Dios lo sabe todo, es Sabio.
[Dios] introducirá por toda la eternidad a los creyentes y a las creyentes en jardines por donde corren ríos, y les perdonará sus pecados. Este es un éxito grandioso ante Dios.
En cambio, a los hipócritas y las hipócritas, y a los idólatras y las idólatras que pensaban mal de Dios, los castigará; la ira de Dios recaerá sobre ellos y los maldecirá, y les tiene reservado el castigo del Infierno. ¡Qué horrible destino!
A Dios pertenecen los ejércitos de los cielos y de la Tierra. Dios es Poderoso, Sabio.
Te he enviado [¡oh, Mujámmad!] como testigo [de la unicidad divina], albriciador y amonestador.
Crean en Dios y en Su Mensajero, asistan y honren [al Profeta], y glorifiquen [a Dios] por la mañana y por la tarde.
Quienes te juran fidelidad en realidad están jurando fidelidad a Dios, pues la mano de Dios está sobre sus manos. Quien no cumpla con el juramento solo se perjudicará a sí mismo; en cambio, quien respete lo pactado con Dios recibirá una recompensa grandiosa.
[¡Oh, Mujámmad!] Los beduinos que no participaron [del viaje a La Meca y del pacto de Hudaibiiah] dirán: "Nos mantuvieron ocupados nuestros bienes materiales y nuestras familias, pídele a Dios que nos perdone". Pero solo dicen con sus lenguas lo que no sienten sus corazones. Diles: "Si Dios quisiera perjudicarlos o beneficiarlos, nadie podría impedirlo. Dios sabe lo que hacen".
Creyeron que el Mensajero y los creyentes jamás regresarían a sus familias. Eso es lo que el demonio infundió en sus corazones, y por eso pensaron mal. Son gente que se ha arruinado a sí misma.
Quien no crea en Dios y en Su Mensajero sepa que el castigo del Infierno está reservado para los incrédulos.
A Dios pertenece el reino de los cielos y de la Tierra, perdona a quien Él quiere y castiga a quien Él quiere. Dios es Absolvedor, Misericordioso.
Cuando salgan en busca del botín, quienes no participaron [de la expedición a La Meca] dirán: "Déjennos participar de la expedición". Pretenden cambiar el designio de Dios. Diles [¡oh, Mujámmad!]: "No participarán de ella, pues así lo decretó Dios". Entonces responderán: "En realidad nos tienen envidia", pero es poco lo que comprenden.
Diles a los beduinos que no participaron [en la expedición a La Meca]: "Se los convocará para luchar contra un pueblo militarmente poderoso, puede que combatan o que ellos se rindan. Si obedecen, Dios les concederá una bella recompensa. Pero si desertan, como lo hicieron anteriormente, les dará un castigo doloroso [en el Más Allá]".
No hay nada que reprochar al ciego, al lisiado y al enfermo [que no participan en las expediciones militares]. Quien obedezca a Dios y a Su Mensajero, Él lo introducirá en jardines por donde corren ríos. Pero a quien deserte, Dios le dará un castigo doloroso.
Dios quedó complacido con los creyentes cuando te juraron fidelidad bajo el árbol. [Él] sabía [la fe] que había en sus corazones e hizo descender el sosiego sobre ellos y los recompensó con una victoria cercana,
donde obtuvieron un botín cuantioso. Dios es Poderoso, Sabio.
Dios les ha prometido que obtendrán muchos botines, y por eso les adelantó este [en Jaibar]. [Él] los ha protegido de las manos [opresoras] de alguna gente para que sean ustedes un signo para los creyentes, y los guiará por el sendero recto.
Y [también les ha prometido] otras victorias que no tienen capacidad de conseguir, pero que Dios les tiene reservadas. Dios tiene poder sobre todas las cosas.
Sepan que aun cuando los que se negaron a creer los hubieran combatido [en Hudaibiiah], habrían huido vencidos, pues no hubieran encontrado quién los protegiera ni los defendiera.
Ese es el proceder de Dios que ha regido siempre en el pasado [de socorrer a los creyentes]. No encontrarás que el proceder de Dios cambie.
Él es Quien los protegió de las manos de sus enemigos y los protegió a ellos de las manos de ustedes en el valle de La Meca, después de haberles dado la victoria sobre ellos. Dios vio lo que hicieron.
Ellos son los que se negaron a creer y no los dejaron llegar a la Mezquita Sagrada, impidiendo que los animales [que llevaban para sacrificarlos como ofrenda en La Meca] llegaran a su destino. De no haber sido porque podrían haber cometido un grave pecado si atacaban La Meca, matando o hiriendo sin darse cuenta a algunos hombres y mujeres creyentes que no conocían y que habitaban en ella, Dios se los habría permitido. Dios alcanza con Su misericordia a quien Él quiere. Si les hubiera sido posible diferenciarlos unos de otros, les habríamos hecho infligir un castigo doloroso a los que se negaron a creer.
Cuando los que se negaron a creer cerraron sus corazones con una arrogancia similar a la de la época de la ignorancia [previa al Islam], Dios hizo descender el sosiego sobre Su Mensajero y sobre los creyentes, y los hizo mantenerse leales al compromiso, pues eran los más merecedores y los más dignos de él. Dios lo sabe todo.
Dios hará realidad la visión que tuvo Su Mensajero [en sueños] y ustedes entrarán en la Mezquita Sagrada, si Dios quiere, algunos con las cabezas rasuradas y otros con el cabello recortado, sin temer absolutamente nada. Dios sabe lo que ustedes ignoran. Él les concederá, además, una victoria cercana.
Él es Quien les envió a Su Mensajero con la guía y la práctica de adoración verdadera, para que prevalezca sobre todas las demás. Dios es suficiente como testigo.
Mujámmad es el Mensajero de Dios. [Los creyentes] que están con él son severos con los que se niegan a creer, pero misericordiosos entre ellos. Los verás [rezando] inclinados y prosternados, anhelando alcanzar la misericordia de Dios y Su complacencia. En sus rostros se encuentran las huellas de la prosternación. Así fueron descritos en la Tora; mientras que en el Evangelio se los compara con una semilla que germina, brota, se fortalece, cobra grosor y se afirma en su tallo, causando alegría a los sembradores. Para que se indignen los que se niegan a creer. A los que crean y obren rectamente, Dios les ha prometido el perdón y una recompensa grandiosa.