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1. ¡Oh, creyentes!, cumplid vuestros compromisos y obligaciones (con Al-lah y con los hombres). Se os permite (comer la carne de) los animales de rebaño[174], salvo lo que se os menciona (en esta misma sura). No se os permite cazar si os halláis en estado de consagración[175] para realizar la peregrinación. Ciertamente, Al-lah dictamina lo que quiere.
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[174] Dichos animales son: el camello, la vaca, la oveja y la cabra, una vez han sido degollados según la manera islámica.
[175] Ver la nota de pie de la aleya 196 de la sura 2.
2. ¡Oh, creyentes!, no profanéis los ritos de Al-lah (relacionados con la peregrinación), ni los meses sagrados, ni los animales destinados para el sacrificio ni (dejéis la práctica de adornar tales animales con) guirnaldas[176] (para distinguirlos del resto de los animales y para que sean, pues, respetados). Y respetad a quienes se dirigen a la Casa Sagrada (la Kaaba) en busca del favor de Al-lah (a través del comercio) y de Su complacencia (realizando la peregrinación). Una vez finalizada la peregrinación y el estado de consagración para esta, se os permite cazar.Y que el rencor que sentís hacia quienes os impidieron llegar a la Mezquita Sagrada[177] no os haga transgredir los límites. Ayudaos los unos a los otros para alcanzar la piedad y el temor de Al-lah, mas no os ayudéis en el pecado y en la transgresión. Y temed a Al-lah. Ciertamente, Al-lah es severo en el castigo.
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[176] Esta parte de la aleya sería abrogada y dejaría de ponerse en práctica.
[177] Un año antes de que los musulmanes liberasen la ciudad de La Meca de la idolatría, el profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— partió con un grupo numeroso de creyentes de Medina hacia La Meca para realizar el ‘umrah. Los musulmanes se encontraron con el camino bloqueado por los incrédulos de La Meca. Finalmente se llegó a un acuerdo de paz conocido como el Tratado de Hudaibiyah que sería la clave para la posterior liberación de la ciudad, aunque, de primeras, las condiciones del tratado no parecían favorecer a los creyentes. Dicho tratado permitía a los musulmanes realizar la peregrinación al año siguiente, pero no ese año, por lo que tuvieron que regresar a la ciudad de Medina sin haber cumplido su objetivo.
3. Se os prohíbe (comer) la carne del animal encontrado muerto, la sangre, la carne de cerdo y la de cualquier animal que haya sido sacrificado en nombre de otro que no sea Al-lah. Se os prohíbe también la carne del animal que muere asfixiado, golpeado, despeñado o corneado, y la carne del animal que haya sido devorado en parte por una fiera, salvo si lo sacrificáis (antes de que muera). Se os prohíben los animales sacrificados en altares de piedra dedicados a falsas divinidades. También se os prohíbe tomar decisiones a través de la adivinación. Todo ello es una abominación (y su práctica conlleva la desobediencia). Hoy, quienes rechazan la verdad han perdido toda esperanza de haceros renegar de vuestra religión; no los temáis, pues, y temedme solo a Mí. Hoy he completado vuestra religión y Mi favor sobre vosotros y he escogido el islam como vuestra religión. Y quien se vea obligado a comer de lo prohibido por necesidad extrema sin intención de pecar, entonces Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
4. Te preguntan (¡oh, Muhammad!) acerca de qué les es lícito (comer). Diles: «Se os permiten todas las cosas buenas (que no son nocivas ni han sido adquiridas de manera ilegal), y lo que capturen para vosotros los animales de presa instruidos para la caza de acuerdo con lo que Al-lah os ha enseñado». Comed, pues, de lo que capturen para vosotros y mencionad el nombre de Al-lah (cuando los soltéis para cazar). Y temed a Al-lah. Ciertamente, Al-lah es rápido en la retribución de Su recompensa.
5. Hoy se os han hecho lícitas todas las cosas buenas, así como los animales sacrificados[178] por quienes recibieron las Escrituras,como también se les permite a ellos alimentarse de lo que vosotros habéis sacrificado. También os son lícitas en matrimonio las mujeres virtuosas de entre los creyentes y las mujeres virtuosas de quienes recibieron las Escrituras antes que vosotros si les entregáis unos bienes como maher con la intención de casaros con ellas, no como fornicadores ni para tomarlas como amantes. Y quien reniegue de su fe habrá echado a perder todas sus buenas acciones, y en la otra vida estará entre los perdedores.
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[178] Literalmente, la aleya dice «los alimentos de quienes recibieron las Escrituras», pero debe entenderse que la carne y las grasas animales están sujetas a las condiciones mencionadas en la aleya 3, por lo que son una excepción al resto de los alimentos, los cuales son todos lícitos sin importar quién los manipule. En cuanto a los animales que sacrifican los cristianos y los judíos, en principio son lícitos para los musulmanes (con la excepción del cerdo) porque no los sacrifican en nombre de otro que no sea Al-lah, y algunos eruditos islámicos opinan que es suficiente mencionar el nombre de Al-lah antes de consumirlos en caso de que el matarife no lo haya pronunciado en el momento de degollarlo. No obstante, actualmente, en muchos países cristianos los animales son aturdidos previamente con descargas eléctricas y otros procedimientos que pueden provocar su muerte antes del degüelle. En este caso, la carne y la grasa de dichos animales no son lícitas para los musulmanes. Sería conveniente que el musulmán que se halle en un país cristiano se informara del procedimiento que siguen los mataderos para saber si puede o no consumir dicha carne.
6. ¡Oh, creyentes!, cuando os dispongáis a rezar, lavaos la cara y los brazos desde las manos hasta los codos inclusive, pasaos las manos húmedas por vuestras cabezas y (lavaos) los pies hasta los tobillos inclusive[179]; y si estáis en estado de impureza sexual, purificaos con un baño completo. Si estuvierais enfermos o de viaje, o alguno de vosotros viniese de hacer sus necesidades, o hubieseis tenido contacto sexual con vuestras mujeres y no encontraseis agua, purificaos con tierra limpia y pura (sacudiendo en ella las manos y eliminando el exceso de tierra) pasando las manos por los rostros y frotándooslas (a continuación).Al-lah no quiere poneros en dificultades, sino que quiere purificaros y completar Su favor sobre vosotros para que seáis agradecidos.
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[179] La manera de realizar la ablución o wudu está descrita en la sunnah del Profeta—que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— de manera detallada, siendo imprescindible la intención y el orden que debe seguirse en la ablución, mientras que otros aspectos (como lavar cada miembro tres veces en vez de una o dos o comenzar por el miembro derecho) son voluntarios. Esta aleya recoge solamente la parte obligatoria que debe lavarse.
7. Y recordad la gracia que Al-lah os ha concedido (el islam) y el pacto al que os comprometisteis con Él cuando dijisteis (al Profeta jurándole fidelidad al aceptar la religión): «Oímos y obedecemos». Y temed a Al-lah; ciertamente, Al-lah conoce lo que encierran los corazones.
8. ¡Oh, creyentes!, manteneos firmes en la verdad por Al-lah (y cumplid vuestras obligaciones para con Él) y sed testigos justos.Y que el odio que sentís hacia quienes rechazan la verdad no os impida actuar con justicia. Sed justos, pues es lo más cercano a la piedad. Y temed a Al-lah; ciertamente, Al-lah está bien informado de lo que hacéis.
9. Al-lah ha prometido a quienes creen y obran rectamente que obtendrán Su perdón y una gran recompensa.
10. Y quienes rechacen la verdad y nieguen Nuestras aleyas (y las pruebas que os ha traído Muhammad) serán los habitantes del fuego.
11. ¡Oh, creyentes!, recordad el favor de Al-lah sobre vosotros cuando unas gentes quisieron agrediros y Al-lah lo impidió[180]. Y temed a Al-lah; y en Él depositan su confianza los creyentes.
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[180] Esta aleya hace referencia a un plan para matar al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— que pudo tener por protagonista o bien a un beduino que tomó la espada del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— para atacarlo, pero finalmente no lo hizo (ni fue castigado por Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—) o bien a una tribu de judíos que tramó arrojar una roca sobre su cabeza cuando se hallaba sentado bajo un muro. En ambas ocasiones, Al-lah protegió al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—.
12. Y, ciertamente, Al-lah estableció un pacto con los hijos de Israel y designó a doce líderes de entre ellos, y les dijo: «Estaré con vosotros (dándoos Mi protección y apoyo). Si cumplís el salat, entregáis caridad, creéis en Mis mensajeros y los apoyáis (en la verdad) y gastáis (parte de vuestros bienes) en la causa de Al-lah (buscando Su complacencia), perdonaré vuestros pecados y os haré entrar en jardines por los cuales corren ríos. Pero, aquel que de vosotros niegue la verdad después de esto se habrá extraviado del camino (y habrá quebrantado el pacto).
13. Y los expulsamos de Nuestra misericordia por haber roto su compromiso e hicimos que sus corazones se endureciesen. Alteran el significado de las palabras (de la Torá) y olvidan parte de lo que en ella se mencionaba. Y no dejarán de traicionaros, salvo unos pocos de ellos. Pero, perdónalos y no tengas en consideración lo que hacen. Ciertamente, Al-lah ama a quienes hacen el bien.
14. Y (también) establecimos un pacto con quienes se llamaban a sí mismos cristianos, pero abandonaron parte de lo que mencionaban sus Escrituras; y suscitamos entre ellos (entre las diferentes sectas que surgieron) la enemistad y el odio hasta el Día de la Resurrección. Y Al-lah les informará de lo que hacían (y los juzgará por ello).
15. ¡Vosotros que recibisteis las Escrituras (judíos y cristianos)!, ciertamente os ha llegado Nuestro mensajero (Muhammad) que os expone muchas de las cosas que ocultabais de las Escrituras a la vez que pasa por alto muchas otras (cuya explicación no os aportaría ningún beneficio). En verdad, os ha llegado, de parte de Al-lah, una luz y un libro esclarecedor,
16. mediante el cual Al-lah guía por los caminos de la paz a quienes buscan Su complacencia, los saca de las tinieblas y los conduce hacia la luz de acuerdo con Su voluntad, y los guía por el camino recto.
17. Ciertamente, quienes dicen que Al-lah es el Mesías, hijo de María, niegan la verdad y han caído en la incredulidad. Diles (¡oh, Muhammad!): «¿Quién podría evitar que Al-lah acabara con la vida del Mesías, hijo de María, de su madre y de todos los habitantes de la tierra si así Él lo quisiera?» Y (solamente) a Al-lah pertenece el dominio de los cielos y de la tierra y de lo que hay entre ellos. Él crea que lo que quiere y es Todopoderoso.
18. Los judíos y los cristianos dicen: «Nosotros somos los hijos de Dios y a quienes más ama». Diles (¡oh, Muhammad!): ¿Por qué os castiga, entonces, por vuestros pecados?». No sois sino unos seres humanos más de entre Su creación. Él perdona a quien quiere y castiga a quien quiere. Y (solamente) a Al-lah pertenece el dominio de los cielos y de la tierra y de lo que hay entre ellos. Y a Él es el retorno (el Día de la Resurrección).
19. ¡Vosotros que recibisteis las Escrituras (judíos y cristianos)!, ciertamente os ha llegado Nuestro mensajero (Muhammad) que os aclara (la verdad) después de un tiempo sin profetas[181], para que no podáis decir que no habéis recibido la llegada de ningún portador de buenas nuevas ni de ningún amonestador; pues ahora ha llegado a vosotros un portador de buenas nuevas y un amonestador (Muhammad). Y Al-lah es Todopoderoso.
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[181] Hace referencia al periodo comprendido entre la ascensión de Jesús—la paz de Al-lah esté con él— y la llegada del profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—.
20. Y (recuerda a tu gente, ¡oh, Muhammad!) cuando Moisés dijo a su pueblo: «¡Pueblo mío!, recordad el favor de Al-lah sobre vosotros: ha hecho que surjan de entre vosotros profetas, os ha hecho dueños[182] (de vuestra libertad tras haber sido esclavos) y ha concedido lo que ninguna otra nación (de vuestro tiempo) había recibido con anterioridad.
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[182] El término árabe muluk puede significar reyes, pero en esta aleya debe tomarse en el sentido de poseedores o dueños de su libertad y de sus asuntos, ya que acababan de salir de la esclavitud en Egipto y el primer rey que tuvieron, Saúl, fue muy posterior a Moisés.
21. »¡Pueblo mío!, entrad en la Tierra Santa que Al-lah ha dispuesto para vosotros y (combatid a los incrédulos que viven en ella) y no huyáis (de la batalla) u os convertiríais en perdedores (en esta vida y en la otra)».
22. Contestaron: «¡Moisés!, en ella viven unas gentes corpulentas y aguerridas, y nosotros no entraremos en ella hasta que ellos salgan. Si salen, entonces entraremos».
23. Dos hombres que tenían temor de Al-lah y a quienes Él había agraciado (haciendo que obedecieran a su profeta) les dijeron: «Entrad para atacarlos por la puerta (de la ciudad). Si lo hacéis así, seréis los vencedores. Y depositad vuestra confianza en Al-lah, si de verdad sois creyentes».
24. Dijeron: «¡Moisés!, no entraremos nunca mientras permanezcan en ella. Id tú y tu Señor y combatid vosotros dos; nosotros nos quedaremos aquí».
25. (Moisés) dijo: «¡Señor!, solo tengo poder sobre mí mismo y sobre mi hermano (Aarón). ¡(Juzga entre nosotros y) sepáranos de las gentes rebeldes!».
26. (Al-lah) dijo: «(La Tierra Santa) les estará prohibida por cuarenta años, durante los cuales vagarán errantes por la tierra. No te apenes, pues, por las gentes rebeldes».
27. Y nárrales (¡oh, Muhammad!) la verdadera historia de los dos hijos de Adán,cuando ofrecieron una ofrenda a Al-lah y solo fue aceptada la de uno de ellos. Entonces aquel cuya ofrenda no fue aceptada (Caín) dijo al otro: «Ten por seguro que te mataré». El otro (Abel) contestó: «Al-lah solo acepta las ofrendas de quienes son piadosos.
28. »Si extiendes tu mano para matarme, yo no extenderé la mía para matarte a ti; (pues) yo temo a Al-lah, el Señor de toda la creación.
29. »Prefiero que cargues con el pecado de haberme matado, así como con el resto de tus pecados, para que seas de los habitantes del fuego, pues tal es el castigo de los injustos».
30. Entonces, (Caín) sintió en su interior el impulso de matar a su hermano y lo mató; y paso a ser de los perdedores (en esta vida y en la otra).
31. Y Al-lah envió un cuervo que se puso a escarbar en la tierra para enseñarle cómo esconder el cadáver de su hermano[183]. (Caín) exclamó: «¡Ay de mí! ¿Acaso no puedo hacer como este cuervo para esconder el cadáver de mi hermano?». Y pasó a ser de quienes se arrepienten.
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[183] Después de matar a su hermano Abel, Caín no sabía qué hacer con el cuerpo y no le había dado sepultura; entonces Al-lah le envió un cuervo para enseñarle lo que debía hacer y para que le entraran remordimientos.
32. Por este motivo decretamos a los hijos de Israel que quien matara a una persona que no hubiera matado a nadie ni sembrado la corrupción en la tierra sería como si hubiese matado a toda la humanidad; y quien salvara una vida sería como si hubiese salvado a la humanidad entera. Y, ciertamente, recibieron la llegada de Nuestros mensajeros quienes les trajeron pruebas claras (de la verdad). No obstante, a pesar de ello, siguieron cometiendo delitos en la tierra.
33. El castigo que Al-lah ha decretado para quienes combatan a Al-lah y a Su Mensajero (atacando a un pueblo musulmán) y extiendan la corrupción en la tierra[184] es el de la pena de muerte,o la crucifixión, o la amputación de la mano y el pie opuestos o el destierro[185](tras haber sido sometidos a un juicio justo y haber sido declarados culpables por la autoridad competente). Eso supondrá una humillación para ellos en esta vida, y en la otra recibirán un castigo terrible,
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[184] Debe entenderse aquellas personas, grupos o bandas que se dedican a asaltar, robar o asesinar a gente inocente; lo que hoy conocemos como crimen organizado.
[185] El encargado de aplicar la ley islámica de esa comunidad es quien tiene la opción de escoger el castigo que crea más conveniente según el crimen cometido.
34. salvo quienes se arrepientan antes de que los capturéis[186]; pues sabed que Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
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[186] Si las personas que siembran la corrupción en la tierra se arrepienten y anuncian su arrepentimiento y su intención de no cometer más crímenesa la autoridad antes de ser capturados, esta les perdona la pena correspondiente si los criminales llegan a caer en su poder, pero los familiares de las víctimas aún pueden pedir la aplicación del talión o una indemnización económica.
35. ¡Oh, creyentes!, temed a Al-lah y buscad la manera de acercaros a Él (a través de la obediencia) y luchad por Su causa para que podáis triunfar y prosperar.
36. Ciertamente, quienes rechacen la verdad, aunque poseyeran todo cuanto existe en la tierra y otro tanto similar y lo ofrecieran a cambio de librarse del castigo del Día de la Resurrección, no les sería aceptado, y tendrán un castigo doloroso.
37. Querrán salir del fuego, pero no podrán salir de él; y tendrán un castigo permanente.
38. Al ladrón y a la ladrona, amputadles la mano[187]en retribución por lo que han hecho y como castigo ejemplar de parte de Al-lah. Y Al-lah es Poderoso y Sabio.
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[187] La pena de la amputación de la mano derechatiene un objetivo disuasorio para que no se extienda el robo en la sociedad y está sujeta a varias condiciones: no debe ser la causa del robo padecer necesidad, el objeto robado debe de ser valioso y debe hallarse protegido u oculto y no debe estar expuesto o ser de fácil alcance. También hay que mencionar que en tiempos de hambruna, el encargado de aplicar la ley islámica en la comunidad podía no aplicar la pena. De hecho, hubo muy pocos casos en los que fue necesario aplicar dicha pena durante el tiempo del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—.
39. Pero si se arrepienten después de haber obrado injustamente y se enmiendan (obrando con rectitud), Al-lah aceptará su arrepentimiento[188]. Ciertamente, Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
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[188] Si se arrepiente y devuelve lo que ha robado antes de que la autoridad competente lo capture, no se le aplica la pena de la amputación; y si se arrepiente tras haber sido apresado, Al-lah le perdonará todos sus pecados tras haberlos expiado mediante la aplicación del castigo.
40. ¿Acaso no sabes que a Él pertenece el dominio de los cielos y de la tierra? Castiga a quien quiere y perdona a quien quiere; y Al-lah es Todopoderoso.
41. ¡Oh, Mensajero!, no te aflijas por quienes se apresuran a rechazar la verdad de entre quienes dicen creer, pero cuyos corazones no creen. Y entre los judíos hay quienes se complacen en escuchar la mentira y escuchan a gentes que no han estado presentes en tus reuniones; alteran el significado de las palabras (de sus Escrituras) y dicen: «Si lo que (Muhammad) dictamina está de acuerdo (con lo que habéis tergiversado de vuestras Escrituras), aceptadlo; pero si no, tened cuidado (y no lo aceptéis)». Y a quienes Al-lah quiera extraviar (por rechazar la verdad), no podrás ayudarlos (¡oh, Muhammad!). Esos son aquellos cuyos corazones Al-lah no quiere purificar (por su obstinada incredulidad). Sufrirán la humillación en esta vida y en la otra tendrán un castigo terrible.
42. Escuchan la mentira y consumen lo ilícito. Y si vienen a ti (para saber tu perecer sobre un asunto, ¡oh, Muhammad!), dales tu veredicto o aléjate de ellos sin interferir (pues no buscan la verdad). Si no interfieres, no podrán hacerte ningún daño; mas, si juzgas entre ellos, hazlo con equidad. Ciertamente, Al-lah ama a quienes actúan justamente.
43. ¿Y cómo van a querer que dictamines sobre ellos cuando tienen en la Torá el veredicto de Al-lah (sobre lo que disputan)? Y después, cuando les das tu dictamen, (si no les complace, a pesar de ser el mismo que aparece en la Torá,) se desentienden. Esos no son creyentes.
44. Y, ciertamente, revelamos la Torácomo guía y luz mediante la cual los profetas sometidos a la voluntad de Al-lah juzgaban entre los judíos, así como sus sabios y rabinos por ser ellos custodios del Libro de Al-lah (la Torá) y testigos (de la verdad que contenía). No temáis, pues, a la gente y temedme a Mí; y no cambiéis Mis preceptos por un vil beneficio. Y quienes no juzguen conforme a lo que Al-lah ha reveladoserán los verdaderos incrédulos.
45. Y en ella (en la Torá) les prescribimos: vida por vida, ojo por ojo, nariz por nariz, oreja por oreja, diente por diente y la aplicación del talión para las heridas. Pero quien perdone la aplicación de tal ley como acto de caridad expiará así sus pecados. Y quienes no juzguen conforme a lo que Al-lah ha revelado, esos serán los injustos[189].
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[189] Quien niega o rechaza la ley de Al-lah se convierte en incrédulo, mientras que quien la reconoce y acepta, pero no la aplica en todos los casos se convierte en injusto.
46. E hicimos que Jesús, hijo de María, siguiera los pasos (de los profetas enviados previamente al pueblo de Israel) confirmando la Torá que había sido revelada con anterioridad. Y le concedimos (a Jesús) el Evangelio que guiaba (hacia la verdad) y esclarecía (los preceptos de Al-lah) y confirmaba el contenido de la Torá, y era una guía y una exhortación para los piadosos.
47. Que quienes recibieron el Evangelio juzguen según (las leyes) que Al-lah reveló en él. Y quienes no juzguen conforme a lo que Al-lah ha revelado, esos serán los rebeldes (por desobedecer a Al-lah y por preferir la falsedad a la verdad).
48. Y te hemos revelado a ti (Muhammad), el Libro (el Corán) con la verdad, confirmando el verdadero contenido de las Escrituras anteriores y para que prevalezca sobre ellas. Juzga, pues, entre los hombres conforme a lo que Al-lah ha revelado y no sigas sus deseos, pues te apartarías de la verdad que has recibido. A cada comunidad hemos decretado una legislación y un camino claro. Y si Al-lah hubiera querido, habría hecho de vosotros una sola comunidad (con una misma religión y legislación), pero quiere poneros a prueba a través de lo que os ha concedido. Y competid en las buenas acciones. Todos retornaréis a Al-lah (el Día de la Resurrección) y Él os informará sobre lo que discrepabais.
49. Y juzga entre ellos según lo que Al-lah ha revelado y no sigas sus deseos, y ten cuidado, no sea que te desvíen de algo de lo que Al-lah te ha revelado. Y si se desentienden (del juicio que emites sobre ellos), debes saber que Al-lah quiere castigarlos por algunos de sus pecados. Y, ciertamente, muchos son rebeldes (por desobedecer a Al-lah y preferir la falsedad a la verdad).
50. ¿Acaso desean ser juzgados por la ley previa al islam? ¡Y quién es mejor juez que Al-lah para la gente de firme convicción!
51. ¡Oh, creyentes!, no toméis a los judíos y a los cristianos por protectores y aliados; ellos se apoyan y se protegen mutuamente. Y quien los tome por protectores y aliados será uno de ellos. Ciertamente, Al-lah no guía a la gente injusta.
52. Verás que aquellos cuyos corazones están enfermos de hipocresía corren hacia ellos (buscando su protección y amistad) y dicen (como excusa): «Tememos que nos ocurra alguna desgracia (como la derrota de los musulmanes a manos de los idólatras)». Pero puede ser que Al-lah depare una victoria o les haga saber una decisión Suya y se arrepientan de lo que ocultaban en su interior.
53. Y los creyentes dirán (entre ellos acerca de los hipócritas): «¿No son esos quienes juraron solemnemente por Al-lah ser de los nuestros?». Sus (buenas) obras habrán sido en vano y perderán (esta vida y la otra).
54. ¡Oh, creyentes!, aquellos que de vosotros renieguen de su fe (no perjudicarán a Al-lah en nada), y Al-lah hará surgir a otras gentes (mejores que ellos) a quienes amará y que Le amarán; serán humildes con los creyentes y severos con quienes rechazan la verdad; lucharán por la causa de Al-lah y no temerán ser reprochados por nadie. Tal es el favor que Al-lah concede a quien quiere; y el favor de Al-lah es inmenso y Él todo lo sabe.
55. Vuestros protectores y aliados son solamente Al-lah, Su Mensajero y los creyentes, quienes cumplen el salat, entregan el azaque y se inclinan (ante Al-lah sometiéndose humildemente a Él).
56. Y quienes tomen por aliados y protectores a Al-lah, a Su Mensajero y a los creyentes (será de los partidarios de Al-lah), y los partidarios de Al-lah serán los vencedores.
57. ¡Oh, creyentes!, notoméis por protectores y aliados a quienes se burlan de vuestra religión de entre quienes recibieron las Escrituras antes que vosotros ni a quienes rechazan la verdad; y temed a Al-lah si de verdad sois creyentes.
58. Y cuando realizáis la llamada a la oración (salat), se la toman a burla y diversión; eso es porque son gentes que no razonan.
59. Diles (a esos judíos y cristianos que se burlan del islam, ¡oh, Muhammad!): «¡Vosotros que recibisteis las Escrituras!, ¿nos criticáis por el simple hecho de creer en Al-lah y en lo que nos ha revelado (el Corán), así como en las Escrituras que reveló con anterioridad, y por creer que muchos de vosotros sois rebeldes (por preferir la desobediencia a Al-lah y la falsedad)?».
60. Diles: «¿Queréis que os informe sobre aquellas personas que son peores (que nosotros) para Al-lah y que recibirán, en consecuencia, un castigo peor? Son quienes han sido expulsados de Su misericordiay han incurrido en Su ira, aquellos a quienes transformó en monos y cerdos (por violar la ley del sábado) y quienes adoran la falsedad; esos están en una situación peor y son quienes realmente están extraviados del camino recto».
61. Y cuando (los hipócritas de entre los judíos) vienen a ti, dicen: «Creemos», pero llegan rechazando la verdad y parten del mismo modo; y Al-lah conoce bien lo que ocultan.
62. Y verás que muchos de ellos se precipitan hacia el pecado, la transgresión y la apropiación ilícita de bienes. ¡Qué malo es lo que hacen!
63. ¿Por qué los sabios (en su religión) y los rabinos no les impiden mentir, proferir palabras pecaminosas y consumir bienes de manera ilícita? ¡Qué malo es lo que hacen!
64. Y los judíos dicen: «La mano[190] de Al-lah está cerrada (Al-lah es tacaño y no concede provisiones)». Al-lah ha hecho que ellos sean los más tacaños y los ha expulsado de Su misericordia por lo que dicen. Sus manos están abiertas y concede lo que quiere como desea. Y lo que te ha sido revelado por parte de tu Señor (¡oh, Muhammad!) no hace sino aumentar la rebeldía y el rechazo a la verdad de muchos de ellos. Y hemos suscitado la enemistad y el odio entre ellos hasta el Día de la Resurrección. Cada vez que encienden el fuego de la guerra (contra ti), Al-lah lo sofoca (y hace que sus planes se vuelvan contra ellos). Y no cesan de sembrar la corrupción en la tierra; y a Al-lah no le gustan los corruptores.
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[190] Ver la nota de la aleya 115 de la sura 2.
65. Y si los judíos y los cristianos creyeran (en Al-lah y en Su mensajero Muhammad) y tuvieran temor de Al-lah (obedeciendo Sus mandatos y absteniéndose de lo que prohíbe), perdonaríamos sus pecados y los admitiríamos en los jardines de las delicias (el paraíso).
66. Y si hubiesen seguido los mandatos de la Torá y del Evangelio[191] y siguiesen (ahora) lo que les ha sido revelado por su Señor (el Corán), recibirían sustento en abundancia tanto del cielo como de la tierra. Entre ellos hay una comunidad que está en el buen camino[192], pero muchos de ellos obran mal.
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[191] La Torá y el Evangelio originales, antes de ser alterados por el hombre, contenían muchas referencias sobre el profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—y les ordenaban seguirlo, así que, si realmente hubieran seguido sus Escrituras, habrían creído en el Corán.
[192] Quienes están en el buen camino son los que creen en el Corán y en el profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y obran en consecuencia.
67. ¡Mensajero!, transmite a los hombres (todo) lo que te ha sido revelado por parte de tu Señor; y si no lo haces (porque omites parte, por mínima que sea) no habrás transmitido Su mensaje. Al-lah te protegerá de los hombres[193]. Ciertamente, Al-lah no guía a quienes rechazan la verdad.
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[193] Al-lah asegura en esta aleya al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—que no tiene nada que temer porque Él se encargará de protegerlo y de concederle la victoria sobre el enemigo, y que su única misión es la de transmitir el mensaje de su Señor. Antes de que esta aleya fuera revelada, el Profeta—que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— solía permanecer vigilante durante la noche hasta que alguno de sus seguidores se ofrecía para proteger su vivienda.
68. Diles (a los judíos y a los cristianos, ¡oh, Muhammad!): ¡Vosotros que recibisteis las Escrituras!, no seguís realmente ninguna religión mientras no obréis conforme a la Torá y al Evangelio (originales) y a lo que os ha sido revelado (ahora) por vuestro Señor». Y lo que te ha sido revelado por parte de tu Señor no hará sino aumentar la rebeldía y la incredulidad de muchos de ellos. No te apenes, pues, por las gentes que rechazan la verdad.
69. Ciertamente, los creyentes (de esta nación: los musulmanes), los judíos, los sabeos y los cristianos, quienes de ellos hayan tenido fe en Al-lah y en el Día de la Resurrección y hayan obrado rectamente (sin desviarse de la verdad y de la unicidad de Al-lah antes de la aparición de Muhammad)[194] serán recompensados por su Señor y no tendrán nada que temer (en la otra vida) ni se sentirán afligidos.
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[194] Ver la nota de la aleya 62 de la sura 2.
70. Y, en verdad, establecimos un pacto con los hijos de Israel y les enviamos mensajeros. Cada vez que recibían la llegada de un mensajero con lo que no era de su agrado, a unos los desmentían y a otros los mataban.
71. Y creyeron que no serían castigados y se volvieron ciegos y sordos (ante la verdad). Después (tras ser castigados, se arrepintieron y) Al-lah los perdonó; mas, muchos de ellos volvieron a no (querer) ver ni oír (la verdad, y se desentendieron de ella). Y Al-lah ve todo lo que hacen.
72. Realmente, quienes dicen que Al-lah es el Mesías, hijo de María, han caído en la incredulidad (por rechazar la verdad), pues el propio Mesías decía: «¡Oh, hijos de Israel!, adorad a Al-lah, mi Señor y vuestro Señor. Al-lah ha prohibido el paraíso a quien adore a otros fuera de Él (y no se arrepienta). Y (quien lo haga) habitará en el fuego; y los injustos (idólatras) no tendrán quien los auxilie.
73. Realmente, quienes dicen que Al-lah esparte de la trinidad han caído en la incredulidad, pues no hay más que una divinidad con derecho a la adoración (Al-lah). Y si no desisten de sus palabras, quienes nieguen la verdad recibirán un castigo doloroso.
74. ¿Es que no van a volverse a Al-lah en arrepentimiento y a pedirle perdón? Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
75. El Mesías, hijo de María, no es sino un mensajero de Al-lah, al igual que otros que lo precedieron, y su madre, una fiel creyente. Ambos comían alimentos (como todos los seres humanos). Observa (¡oh, Muhammad!) cómo les explicamos las pruebas (de la unicidad de Al-lah) y cómo ellos se alejan de la verdad.
76. Diles: «¿Adoráis fuera de Al-lah aquello que no puede dañaros ni beneficiaros?». Y Al-lah es el Oyente (de todas las cosas) y el Omnisciente.
77. Diles (a los judíos y cristianos): «¡Vosotros que recibisteis las Escrituras!, no os excedáis en vuestra religión más allá de la verdad (diciendo que Jesús es el hijo de Dios —o de Al-lah—) ni sigáis las pasiones de unas gentes que se extraviaron con anterioridad, que extraviaron a muchos otros y se desviaron del buen camino».
78. Al-lah expulsó de Su misericordia en las Escrituras que reveló a David (los Salmos) y a Jesús, hijo de María, (el Evangelio) a quienes rechazaban la verdad de entre los hijos de Israel por desobedecer (a Al-lah y a Sus mensajeros) y por traspasar los límites (de lo prohibido).
79. Solían no censurase entre ellos las malas acciones que realizaban. ¡Qué malo era lo que hacían!
80. Verás que (ahora) muchos de ellos se alían con quienes rechazan la verdad. ¡Qué malo es lo que sus propias almas les han incitado a hacer! Han incurrido en la ira de Al-lah y tendrán un castigo eterno.
81. Si hubiesen creído en Al-lah, en el profeta (Muhammad) y en lo que le ha sido revelado (el Corán), no habrían tomado (a quienes rechazan la verdad) por aliados; mas muchos de ellos son rebeldes.
82. Hallarás que los judíos y los idólatras son los más hostiles contra los creyentes, mientras que los más próximos a apreciarlos son quienes se llaman a sí mismos cristianos. Y esto se debe a que entre ellos hay sacerdotes y monjes que no son arrogantes (ante la verdad y la aceptan).
83. Si escuchan lo que ha sido revelado al mensajero (Muhammad), ves que sus ojos se llenan de lágrimas porque reconocen la verdad. Dicen: «¡Señor nuestro!, creemos (en Tu Libro y en tu mensajero Muhammad). Inscríbenos entre quienes dan testimonio (de la verdad).
84. » ¡¿Y cómo no íbamos a creer en Al-lah y en la verdad que nos ha llegado (el Corán), si deseamos que nuestro Señor nos admita (en el paraíso) junto con los virtuosos?!».
85. Al-lah los retribuirá por sus palabras con jardines por los cuales corren ríos, y allí vivirán eternamente. Tal es la recompensa de quienes hacen el bien.
86. Y quienes no crean (en la unicidad de Al-lah y en Su mensajero Muhammad) y nieguen Nuestras aleyas (el Corán), esos serán los habitantes del fuego.
87. ¡Oh, creyentes!, no os prohibáis las cosas buenas que Al-lah os ha permitido y no traspaséis los límites de lo lícito; ciertamente, Al-lah no ama a los transgresores.
88. Y comed de las cosas lícitas y buenas que Al-lah os ha proveído y temed a Al-lah, en Quien creéis.
89. Al-lah no os castigará por los juramentos que pronunciéis de manera inintencionada, pero sí lo hará por lo que juréis deliberadamente (y no cumpláis). Como expiación (por no cumplir vuestros juramentos), deberéis alimentar a diez pobres con lo que normalmente alimentáis a vuestras familias, o vestirlos o liberar a un esclavo. Pero, quien no pueda permitirse (ninguna de las acciones mencionadas anteriormente), deberá ayunar tres días. Esta es la expiación de los juramentos que pronunciéis (y no cumpláis o bien juréis en vano). Y sed responsables con vuestros juramentos (no juréis demasiado y cumplid lo que juréis). Así es como Al-lah os aclara Sus mandatos para que seáis agradecidos.
90. ¡Oh, creyentes!, las bebidas alcohólicas, los juegos de azar, los altares donde se sacrifican ofrendas a falsas divinidades y vaticinar el futuro o la suerte mediante flechas (práctica que se hacía antes del islam) son una abominación y obra del Demonio; así que alejaos de todo ello para que podáis triunfar y prosperar.
91. El Demonio quiere incitarentre vosotros la enemistad y el odio mediante las bebidas alcohólicas y los juegos de azar y quiere evitar que recordéis a Al-lah y que recéis; ¿no os alejaréis de ello, pues?
92. Y obedeced a Al-lah y a Su Mensajero y cuidaos (de desobedecer). Y si le dais la espalda (al Profeta y le desobedecéis), sabed que a él solo le incumbe transmitir el mensaje (de Al-lah) con claridad.
93. Quienes creen y obran rectamente no serán reprochados por lo que hayan consumido con anterioridad (a la prohibición) siempre y cuando tengan temor de Al-lah, crean en Él y realicen buenas obras y aumente después su temor de Al-lah y su fe en Él (mediante la realización constante de buenas acciones que demuestren su fe y su deseo de complacer a Al-lah) y lleguen a adorar a Al-lah con plena conciencia de Él, como si lo estuvieran viendo; y Al-lah ama a quienes hacen el bien (y lo adoran de la mejor de las maneras).
94. ¡Oh, creyentes!, Al-lah os pondrá a prueba prohibiéndoos la caza que podáis alcanzar con las manos o lanzas (cuando estéis en el estado de consagración para realizar la peregrinación y tengáis, entonces, prohibido cazar) para que se manifieste quién tiene temor de Él cuando nadie lo ve[195]. Y quien traspase los límites (de lo lícito) tendrá un castigo doloroso.
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[195] También puede entenderse «a pesar de no ver a Al-lah».
95. ¡Oh, creyentes!, no cacéis cuando estéis en estado de consagración para la peregrinación. Y quien de vosotros lo haga de manera intencionada tendrá que compensarlo mediante el sacrificio de una pieza similar a la que cazó y llevarla a la Kaaba[196] como ofrenda (a Al-lah), la cual deberá ser determinada por dos hombres justos de entre vosotros; o bien deberá alimentar a los pobres como expiación o ayunar un plazo equivalente para que tome conciencia de la gravedad de lo que ha cometido. Al-lah perdonará lo que se haya realizado en el pasado (antes de que la caza estuviese prohibida); pero, quien reincida será castigado por Al-lah en respuesta a su acción. Y Al-lah es Poderoso, capaz de castigar duramente (a quienes Le desobedecen).
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[196] Aquí no debe entenderse literalmente al lado de la Kaaba, sino que por extensión se entiende toda el área del Haram que incluye la mayor parte de la ciudad de La Meca, ya que el sacrificio del animal puede hacerse en cualquier punto de esta zona.
96. Os está permitida la pesca (si estáis en estado de consagración para la peregrinación) y alimentaros de lo que el mar os proporcione (aun estando muerto) para vuestro disfrute y el de quienes se hallen de viaje; pero, se os prohíbe la caza mientras estéis en dicho estado de consagración. Y temed a Al-lah ante quienes seréis reunidos (para comparecer ante Él el Día de la Resurrección).
97. Al-lah ha hecho de la Kaaba, la Casa Sagrada, un refugio seguro (donde realizar las peregrinaciones del hajj y del ‘umrah); y también (garantizan seguridad a los hombres[197]) los meses sagrados, los animales destinados al sacrificio y las guirnaldas. Ello es para que sepáis que Al-lah tiene conocimiento de todo cuanto existen en los cielos y en la tierra y que Al-lah es Omnisciente.
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[197] En la Kaaba y sus alrededores (el área del Haram) está prohibida toda violencia, incluso con los animales, y, por ese motivo, puede considerarse un refugio seguro para los peregrinos y para quienes habiten en la zona. Asimismo son una garantía de seguridad los meses sagrados, porque está prohibido en ellos la guerra, y las guirnaldas con las que se identifican los animales destinados como ofrendas para que estos sean respetados, así como sus dueños.
98. Sabed que Al-lah es severo en el castigo pero que también es Indulgente y Misericordioso.
99. Al mensajero (Muhammad) solo le incumbe transmitiros el mensaje, y Al-lah sabe lo que manifestáis y lo que ocultáis.
100. Di (¡oh, Muhammad!): «No puede compararse lo bueno y lícito con lo malo e ilícito, aunque te impresione la abundancia de lo malo». ¡Y temed a Al-lah, hombres de buen juicio (no hagáis lícito lo que Al-lah ha prohibido) para que así podáis triunfar y prosperar!
101. ¡Oh, creyentes! No preguntéis sobre asuntos que no han sido revelados por vuestro bien[198]. Si preguntáis sobre ellos cuando el Corán está siendo revelado, se os explicarán (y puede que os resulte difícil cumplir lo que se os dice). Al-lah os ha perdonado (por lo que preguntasteis con anterioridad)[199]. Y Al-lah es Indulgente y Tolerante.
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[198] Se prohibía preguntar,durante el tiempo de la revelación del Corán, sobre asuntos cuya respuesta no aportaba ningún beneficio y que podía implicar una difícil imposición, ya que, en aquella época, el Profeta—que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— ya explicaba a sus seguidores las cuestiones que estos debían saber. Esta aleya fue revelada después de que la peregrinación del hajj se hiciera obligatoria. Un creyente preguntó con insistencia si la peregrinación tenía que realizarse cada año, cuando la aleya que mencionaba su obligatoriedad no mencionaba nada al respecto. El Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—finalmente contestó que no, pero si hubiese dicho que sí, se hubiese convertido en obligatorio realizarla cada año, y muy pocos hubiesen podido cumplir tal obligación.
[199] También puede entenderse: «Al-lah ha evitado mencionar dichos asuntos (por vuestro bien)».
102. Otras gentes que os precedieron también formularon tales preguntas (con actitud desafiante) y pasaron a rechazar la verdad (porque no creyeron en las respuestas que obtuvieron ni obedecieron).
103. Al-lah no ha ordenado cosas como Bahirah, Saa’ibah, Wasilah o Ham[200]. Quienes rechazan la verdad inventan mentiras contra Al-lah, y la mayoría de ellos no razonan.
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[200] Estas cuatro palabras hacen referencia a unos camellos que poseían ciertas características por las que se dedicaban a los ídolos y de los que los árabes, que se imponían a sí mismos tales reglas, no podían beneficiarse.
104. Y si se les dice: «Venid y acercaos a lo que Al-lah ha revelado y a Su Mensajero», dicen: «Nos basta lo que encontramos que seguían nuestros antepasados». ¿Cómo?, ¿aun cuando sus antepasados no sabían nada ni estaban guiados?
105. ¡Creyentes, preocupaos de vosotros mismos (realizando todas las buenas obras que podáis)! Quien se extravíe no podrá perjudicaros en nada si estáis en el buen camino. Todos retornaréis a Al-lah (el Día de la Resurrección) y os informará sobre lo que hacíais (en la vida terrenal).
106. ¡Oh, creyentes!, si a alguno de vosotros está próximo a morir y quiere dejar testamento, que tome a dos testigos justos de entre vosotros o a otros dos que no sean de los vuestros (porque no sean musulmanes), si la adversidad de la muerte os alcanza estando de viaje. Retenedlos después del salat y, si tenéis dudas sobre ellos, que juren por Al-lah (lo siguiente): «No cambiaremos el testimonio bajo ningún precio, ni en beneficio de algún pariente cercano, y no ocultaremos el testimonio de Al-lah, de lo contrario estaríamos entre los pecadores».
107. Y si se descubre que ambos han pecado (porque han mentido o se han hecho con parte de la herencia del testamento), que otros dos testigos de entre los parientes más cercanos del fallecido ocupen su lugar y juren por Al-lah (lo siguiente): «Nuestro testimonio es más verídico que el de los testigos anteriores y no nos hemos excedido (al acusarlos de mentir), de lo contrario estaríamos entre los injustos».
108. Así será más probable que den un testimonio correcto, porque temerán que (si mienten) sus juramentos puedan ser refutados por otros posteriores. Y temed a Al-lah y obedeced. Y Al-lah no guía a las gentes rebeldes (que se niegan a obedecer a Al-lah y prefieren la falsedad a la verdad).
109. El día en que Al-lah reúna a Sus mensajeros (el Día de la Resurrección) y les pregunte: «¿Qué respuesta obtuvisteis (de los hombres cuando los exhortabais a la unicidad de Al-lah)?», estos responderán: «Lo desconocemos; realmente, solo Tú posees el conocimiento absoluto de todas las cosas».
110. (Y recuerda a tu gente) cuando Al-lah le dijo a Jesús, hijo de María: «Recuerda las gracias que te he concedido, así como a tu madre, cuando te apoyé y fortalecí con el ángel Gabriel para que hablaras a los hombres en la cuna y en la madurez; y cuando te enseñé la escritura y la sabiduría, la Torá y el Evangelio; y cuando modelaste, a partir del barro, la figura de un pájaro con Mi permiso y soplaste en él, y se convirtió en un pájaro de verdad, con Mi permiso; y cuando curabas al ciegode nacimiento y al leproso con Mi permiso; y cuando resucitabas a los muertos con Mi permiso; y cuando te protegí de los hijos de Israel, cuando llegaste a ellos con claros milagros y dijeron, quienes de entre ellos rechazaban la verdad, que no era sino pura brujería;
111. »y cuando inspiré a tus discípulos que creyeran en Mí y en Mi profeta (tú, Jesús), dijeron: “Creemos. Sé testigo de que nos sometemos (a Ti)”».
112. Y (recuerda) cuando los discípulos dijeron: «Jesús, hijo de María, ¿puede tu Señor hacer descender sobre nosotros una mesa servida del cielo?». (Jesús) respondió: «Temed a Al-lah, si de verdad sois creyentes».
113. Dijeron: «Queremos comer de ella y tranquilizar los corazones (afianzando nuestra fe) y asegurarnos de que dices la verdad y ser testigos de ella».
114. Jesús, hijo de María, invocó a Al-lah diciendo: «¡Señor nuestro!, haz descender sobre nosotros una mesa servida del cielo que sea motivo de celebración, para el primero y último de nosotros, y una prueba de Tu poder (y de que aceptas mi súplica para que ellos acepten el mensaje que les transmito). Y concédenos de Tu provisión, pues Tú eres el mejor proveedor».
115. Al-ah dijo: «La haré descender sobre vosotros; mas, quien tras ello rechace la verdad de entre vosotros recibirá un castigo de Mi parte como nadie antes en el mundo habrá recibido».
116. Y Al-lah dirá (a Jesús el Día de la Resurrección): «Jesús, hijo de María, ¿dijiste tú a la gente que te tomaran a ti y a tu madre por divinidades en vez de a Mí?». (Jesús) dirá: «¡Gloria a ti! ¿Cómo iba a decir algo que no tengo derecho (a decir)? Si lo hubiera dicho, Tú lo sabrías. Tú sabes lo que hay en mí mientras que yo no sé lo que hay en Ti; Tú eres el conocedor absoluto de todas las cosas.
117. »Solo les dije lo que Tú me ordenaste decir: “Adorad (solamente) a Al-lah, mi Señor y vuestro Señor”. Y fui su testigo mientras permanecí entre ellos; mas, cuando me ascendiste[201] a ti, fuiste Tú Quien los supervisó; y Tú eres testigo de todas las cosas.
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[201] Ver las aleyas 157 y 158 de la sura 4.
118. »Si los castigas, son tus siervos; y si los perdonas, Tú eres el Poderoso, el Sabio».
119. Al-lah dirá: «Este es el día en que los veraces verán su veracidad recompensada. Obtendrán jardines por los cuales corren ríos, y allí vivirán eternamente». Al-lah estará complacido con ellos y ellos con Él; esa será la gran victoria.
120. A Al-lah pertenece el dominio de los cielos y de la tierra y de cuanto hay en ellos; y Él tiene poder sobre todas las cosas.