1. Esta es una declaración[291] de Al-lah y de Su Mensajero que anuncia el cese de los pactos que mantenían con los idólatras.
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[291] En el periodo que precedió la expedición militar de Tabuk, en la cual los musulmanes iban a enfrentarse a una de las dos superpotencias de la época, los bizantinos, en el año noveno de la Hégira, varios grupos de idólatras empezaron a violar los pactos que habían establecido con los musulmanes, pensando que estos serían derrotados en Tabuk. Las primeras aleyas de esta sura hacen referencia a esta situación, y en ellas Al-lah autoriza a los musulmanes a romper los pactos que los idólatras estaban violando. Asimismo, estas aleyas comentan el periodo de gracia establecido por Al-lah con respecto a los idólatras antes de la anulación efectiva de dichos pactos.
2. Pueden transitar (seguros) por la tierra durante cuatro meses (¡oh, idólatras!, antes de que queden anulados sus pactos con los creyentes), y sepan que no podrán escaparse de Al-lah y que Al-lah humillará a quienes rechazan la verdad.
3. Y Al-lah y Su Mensajero proclaman a la gente, el Día del Sacrificio[292], que ambos están exentos de la obligación de cumplir los pactos acordados anteriormente con los idólatras. Si se arrepienten (y aceptan el Islam, ¡oh, idólatras!), será mejor para ustedes; pero si se desentienden de la fe, sepan que no podrán escaparse de Al-lah. Y anuncia a quienes rechazan la verdad que recibirán un castigo doloroso (en esta vida y en la otra).
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[292] Se trata del día del sacrificio del cordero (‘Id Al Adha), que tiene lugar durante los días del Hayy o peregrinación mayor a La Meca. Ese día se conmemora el sacrificio del cordero que Abraham realizó después de haber sido puesto a prueba por Al-lah con el sacrificio de su hijo Ismael. Tras comprobar Al-lah la sumisión y obediencia de Abraham —que la paz de Al-lah esté con él—, le ordenó sacrificar un cordero en lugar de su hijo.
4. Mas con aquellos idólatras con quienes pactaron y no han quebrantado ningún punto del pacto ni han apoyado al enemigo contra ustedes, cumplan lo convenido hasta el final (aunque supere el plazo de cuatro meses). Ciertamente, Al-lah ama a los piadosos (que cumplen sus compromisos).
5. Y una vez transcurridos los cuatro meses de plazo, durante los cuales los idólatras gozaban de seguridad, (anuncien la guerra al enemigo de Al-lah) y mátenlos allí donde los encuentren, captúrenlos, cérquenlos y acéchenlos en todo lugar[293]. Pero si se arrepienten (de su incredulidad y aceptan el Islam), practican el salat y entregan en azaque[294], dejen que prosigan en paz su camino. Ciertamente, Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
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[293] Esta aleya, conocida como la aleya de la espada, debe entenderse dentro del contexto de guerra declarada entre los musulmanes y los idólatras, que agredían y quebrantaban sus pactos con los creyentes en aquel entonces.
[294] Ver la nota de la aleya 43 de la sura 2.
6. Y si algún idólatra te pide protección (¡oh, Muhammad!) para escuchar la palabra de Al-lah, concédesela para que la escuche y después facilítale la llegada a un lugar seguro. Esto es porque son gentes que no conocen (la palabra de Al-lah).
7. ¡Cómo podrían los idólatras mantener un pacto con Al-lah y con Su Mensajero, a excepción de aquellos con los que establecieron un acuerdo[295] cerca de la Mezquita Sagrada! Mientras estos cumplan con ustedes, cumplan con ellos. Ciertamente, Al-lah ama a los piadosos que cumplen lo que pactan.
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[295] Se trata del tratado de Hudaybiyah (ver la segunda nota de la aleya 2 de la sura 5). Los incrédulos de La Meca no respetaron el tratado hasta el final, y los creyentes entrarían en la ciudad poco después y la tomarían sin violencia, liberándola de la incredulidad, en el año octavo de la Hégira.
8. ¡Cómo (podría haber un convenio entre ustedes) si, de vencerlos, no respetarían ni lazos de sangre ni pacto alguno! Sus palabras los complacen, pero sus corazones los rechazan, y la mayoría de ellos no respetan lo pactado.
9. Han vendido las aleyas de Al-lah por un vil beneficio (al preferir los bienes mundanales a la verdad) y desvían a los hombres de Su camino. ¡Qué malo es lo que hacen!
10. No respetan con ningún creyente ni lazos de sangre ni pacto alguno. Esos son los transgresores.
11. Pero si se arrepienten (y abrazan el Islam), practican el salat y entregan el azaque, son sus hermanos en la religión. Así es como explicamos con detalle Nuestra revelación a quienes tienen conocimiento (y reflexionan).
12. Mas si rompen sus juramentos después de haber concluido con ellos un pacto y atacan su religión, combatan a los líderes de quienes rechazan la verdad —pues no respetan ningún juramento (o pacto)— para que así desistan (de su actitud).
13. ¿Cómo no iban a combatir a quienes han roto sus pactos y planearon expulsar al Mensajero de Al-lah cuando ellos los atacaron primero? ¿Acaso los temen? Es a Al-lah a quien deben temer si de verdad son creyentes.
14. ¡Combátanlos!, Al-lah los castigará con sus manos, los humillará, les dará la victoria (a ustedes) sobre ellos y curará (con ella) los corazones de los creyentes (que estaban tristes y angustiados por las maquinaciones de los idólatras),
15. y hará que se desvanezca la ira de sus corazones. Y Al-lah acepta el arrepentimiento de quienes quiere. Al-lah es Omnisciente y Sabio.
16. ¿Acaso pensaron que Al-lah los dejaría (en su estado actual) sin ponerlos a prueba para que se evidenciara quiénes de ustedes luchan sinceramente (por Su causa) sin tomar otro protector que Al-lah, Su Mensajero y los creyentes? Y Al-lah está bien informado de lo que hacen.
17. Los idólatras no deben ocuparse del cuidado y mantenimiento de las mezquitas de Al-lah[296] cuando dan testimonio contra sí mismos de que rechazan la verdad. Sus buenas acciones les serán invalidadas y morarán en el fuego para siempre.
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[296] También puede referirse a la Mezquita Sagrada de La Meca en particular.
18. Quienes deben ocuparse del cuidado y mantenimiento de las mezquitas son quienes creen en Al-lah y en el Día de la Resurrección, practican el salat, entregan el azaque y temen solamente a Al-lah; esos son quienes están bien guiados.
19. ¿Acaso comparan a quienes proveen de agua a los peregrinos y trabajan en el mantenimiento de la Mezquita Sagrada con quienes creen en Al-lah y en el Día de la Resurrección y combaten por Su causa[297]? No son equiparables para Al-lah; y Al-lah no guía a la gente injusta (que rechaza la verdad).
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[297] Los idólatras de la tribu de los Quraish, que era la que más poder tenía en La Meca y a la que pertenecía el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, consideraban que era una obra piadosa, además de un gran honor, ofrecer dichos servicios.
20. Quienes hayan creído, emigrado y luchado por la causa de Al-lah con sus bienes y sus vidas gozarán de un rango más elevado ante Al-lah; y esos serán los triunfadores.
21. Su Señor les anuncia Su misericordia, Su complacencia y jardines de deleites sin fin
22. donde vivirán eternamente. Ciertamente, la recompensa de Al-lah es inmensa.
23. ¡Oh, creyentes!, no tomen a sus padres y a sus hermanos como aliados y protectores si (ellos) prefieren la incredulidad a la fe[298]; y quienes de ustedes lo hagan serán de los injustos.
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[298] La obediencia a Al-lah y al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— está por encima de la obediencia a cualquier criatura, y nadie debe ser obedecido si con ello se desobedece a Al-lah, el Altísimo. No obstante, los padres y los familiares merecen siempre todo el respeto y deben ser tratados con benevolencia. Además, un hijo debe obediencia a sus padres en aquellas cuestiones que no implican desobedecer a Al-lah (ver la aleya 23 de la sura 17).
24. Diles (¡oh, Muhammad!): “Si sus padres, sus hijos, sus hermanos, sus esposas, su gente, los bienes que hayan adquirido, los negocios que teman perder y sus casas con las que se sienten complacidos son más preciados (para ustedes) que Al-lah, que Su Mensajero y que combatir por Su causa, aguarden a que les llegue el castigo de Al-lah. Y Al-lah no guía a la gente rebelde (que se niega a obedecerlo).
25. Y, ciertamente, Al-lah les ha concedido la victoria en diversas ocasiones, como el día de la batalla de Hunain[299], cuando se regocijaban de su superioridad numérica, aunque ello no les sirvió de nada, y sintieron que la tierra se estrechaba (por las emboscadas del enemigo), a pesar de su vastedad, y no encontraban ningún lugar seguro, y huyeron.
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[299] La batalla de Hunain sucedió poco después de la liberación de La Meca en el año octavo de la Hégira. Algunas tribus árabes se unieron para luchar contra los creyentes, y el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— salió a su encuentro con un gran ejército de unos diez mil hombres, y ambos frentes se encontraron en el valle de Hunain, entre La Meca y la ciudad de Taif. Tras sufrir las emboscadas del enemigo, la mayoría de los creyentes huyeron y solo unos ochenta hombres siguieron al lado del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, entre ellos Abu Sufian, antiguo líder de los idólatras de La Meca, que había abrazado la fe durante la liberación de la ciudad. Finalmente, los creyentes que habían huido regresaron para apoyar al Mensajero de Al-lah —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, y Al-lah les concedió la victoria.
26. Después, Al-lah hizo que el sosiego descendiera sobre Su Mensajero y sobre los creyentes y envió soldados que no podían ver (ángeles), y castigó a quienes rechazaban la verdad. Tal fue la recompensa de quienes se negaban a creer.
27. Luego, Al-lah aceptó el arrepentimiento de quienes quiso (una vez abrazaron el Islam). Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
28. ¡Oh, creyentes!, los idólatras son impuros[300]; no permitan que se acerquen, pues, a la Mezquita Sagrada a partir de este año[301]. Si temen la pobreza (por no comerciar con ellos, sepan que) Al-lah los enriquecerá con Su favor, si así lo desea. Ciertamente, Al-lah es Omnisciente y Sabio.
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[300] La impureza a la que se refiere la aleya es espiritual debido a su idolatría.
[301] El noveno tras la Hégira.
29. Combatan a quienes no creen en Al-lah ni en el Día de la Resurrección, no respetan lo que Al-lah y Su Mensajero han prohibido y no siguen la religión verdadera (del Islam) de entre los judíos y cristianos (que los agredieron) hasta que paguen el impuesto de la yizia[302]de propia mano y con humildad.
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[302] La yizia o jiziah es un impuesto que los cristianos o judíos que no quieran abrazar el Islam deben pagar si viven en un Estado islámico. Este impuesto, que es un poco inferior al azaque que tienen que pagar los musulmanes, les garantiza protección y libertad de culto, mientras que quedan exentos de la obligación de luchar; además, están dispensados de pagarlo las mujeres, los niños, los ancianos, los enfermos o inválidos, los sacerdotes y los monjes.
30. Los judíos dicen que Usair[303] es el hijo de Dios (o hijo de Al-lah), mientras que los cristianos dicen que el Mesías es el hijo de Dios (o hijo de Al-lah). Tales son las palabras que salen de sus bocas imitando lo que decían quienes rechazaron anteriormente la verdad. ¡Que Al-lah los destruya y los expulse de Su misericordia! ¡Qué desviados están de la verdad!
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[303] Ver la nota de pie de la aleya 259 de la sura 2.
31. Han tomado a sus rabinos y monjes por sus señores[304] en vez de a Al-lah, así como a Jesús, hijo de María. Sin embargo, (en sus Escrituras) se les ordenó adorar solamente a una divinidad (Al-lah). No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él. ¡Glorificado sea! Está muy por encima de compartir la divinidad con nadie.
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[304] El hecho de obedecer a quienes prohíben lo que Al-lah hace lícito o permiten lo que Él ha prohibido (como hacen muchos rabinos y monjes) es una forma de adorarlos.Solamente hay un Señor que merece ser adorado, y ese es Al-lah, el Altísimo.
32. Pretenden extinguir la luz de Al-lah (Su religión) con sus palabras (y mentiras), pero Al-lah no lo permitirá y hará que resplandezca (haciendo que Su religión se extienda), aunque quienes rechazan la verdad lo detesten.
33. Él es Quien ha enviado a Su Mensajero (Muhammad) con la guía (del Corán) y con la religión verdadera para que esta prevalezca sobre todas las religiones, aunque los idólatras lo detesten.
34. ¡Oh, creyentes!, en verdad, muchos rabinos y monjes se apropian injustamente de los bienes ajenos e impiden que los hombres sigan el camino de Al-lah. Y advierte a quienes atesoran oro y plata, y no lo gastan en la causa de Al-lah, que tendrán un castigo doloroso (en la otra vida).
35. El día en que serán juzgados, lo que atesoraron se calentará al rojo vivo en el fuego del Infierno y se les marcará con ello la frente, los costados y la espalda; (y se les dirá:) “Eso es lo que atesoraban para ustedes mismos; ¡sufran el castigo (por lo que acumularon)!”.
36. Ciertamente, el número de meses del año (lunar) para Al-lah es de doce, como decretó cuando creó los cielos y la tierra; de esos doce, cuatro son sagrados[305] (y se les prohíbe luchar en ellos, a menos que sea para defenderse). Esta es la religión verdadera. No sean injustos con ustedes mismos durante esos meses[306]. Y combatan juntos a los idólatras del mismo modo que ellos se unen para combatirlos. Y sepan que Al-lah está con quienes Lo temen.
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[305] Ver la nota de la aleya 194 de la sura 2.
[306] Significa que el creyente debe evitar pecar, pues los pecados cometidos durante esos meses tienen mayor gravedad.
37. Posponer los meses sagrados[307] es una muestra más de negación de la verdad. Así se extravían quienes la rechazan, pues un año permiten el combate durante cierto mes y otro año lo prohíben para ajustar el número de meses que Al-lah ha decretado como sagrados, y legitiman lo que Al-lah ha prohibido. Se dejan seducir por sus malas acciones; mas Al-lah no guía a quienes rechazan la verdad.
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[307] Los idólatras solían cambiar los meses que eran sagrados por otros, según su conveniencia, para poder luchar cuando querían.
38. ¡Oh, creyentes!, ¿por qué cuando se les dice que salgan a luchar por la causa de Al-lah sienten pereza (y no quieren abandonar sus hogares)? ¿Acaso prefieren esta vida terrenal a la eterna? Mas los bienes y los placeres de esta vida son escasos comparados con los de la vida que les espera.
39. Si no salen a combatir, Al-lah les infligirá un castigo doloroso y los sustituirá por otras gentes, y no podrán perjudicarlo en nada. Y Al-lah es Todopoderoso.
40. Si no apoyan (a Muhammad), (sepan que Al-lah lo auxiliará, pues) Él ya lo ayudó cuando quienes rechazaban la verdad lo expulsaron (de La Meca), y el (Profeta) se hallaba solamente en compañía de su amigo (Abu Bakr) en la cueva[308]. Entonces (Muhammad) le dijo a este: “No te aflijas, Al-lah está con nosotros”. Entonces, Al-lah hizo que el sosiego descendiera sobre él y sobre su compañero, y envió soldados (ángeles) que no podían ver. Y Al-lah derrotó la incredulidad de quienes rechazaban la verdad e hizo que Su mensaje de unicidad triunfara. Y Al-lah es Poderoso y Sabio.
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[308] Tras un intento fallido de los idólatras de La Meca de asesinar al Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, este recibió la orden de emigrar a Medina, y lo hizo con su buen amigo Abu Bakr —que Al-lah esté complacido con él—, quien sería el primer califa del Islam tras la muerte del Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. El resto de los creyentes había emigrado con anterioridad y esperaban la pronta llegada de su Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. Este se refugió con su amigo Abu Bakr en la cueva de Zaur, cerca de La Meca, durante tres días, pues eran perseguidos por quienes habían intentado asesinarlo. Los incrédulos no fueron capaces de encontrarlos porque Al-lah dispuso que una araña tejiera una tela en la entrada de la cueva, para hacerles creer que nadie habría podido entrar en ella sin haberla roto.
41. Salgan a luchar[309] sea cual sea su estado[310], y combatan con sus bienes y sus vidas por la causa de Al-lah. Eso es lo mejor para ustedes, ¡si supieran!
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[309] Esta aleya y las posteriores fueron reveladas acerca de la batalla de Tabuk, una zona al norte de la península donde el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— se dirigía para enfrentarse a los bizantinos, enemigos del Islam, poco después de la batalla de Hunain, en el año noveno después de la Hégira. El excesivo calor y la distancia hizo que los hipócritas y algunos creyentes trataran de excusarse para no salir a combatir. Finalmente, la batalla no se produjo porque el ejército bizantino abandonó el lugar antes de la llegada del ejército musulmán, y los creyentes regresaron a Medina sanos y salvos.
[310] Literalmente dice: “tanto ligeros como pesados”, y significa: “tanto si son jóvenes como si son viejos, fuertes o débiles, ricos o pobres”. Más tarde, esta aleya quedaría abrogada por la 91 de esta mismasura, que exentaba de la lucha a los débiles y enfermos y a quienes no dispusiesen de medios.
42. Si hubiera habido algún bien terrenal fácil de conseguir o el viaje hubiera sido corto, (los hipócritas) te habrían seguido para combatir, mas la distancia les pareció larga. Te jurarán por Al-lah (cuando regreses de Tabuk): “Si hubiésemos podido, habríamos salido con ustedes”. Mas causan su propia perdición (jurando en vano), pues Al-lah sabe que mienten.
43. ¡Que Al-lah te perdone (Muhammad)[311]! ¿Cómo les permitiste quedarse (y no salir a luchar) antes de tener certeza de quiénes eran sinceros (cuando se excusaban) y de quiénes mentían?
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[311] Esta llamada de atención de Al-lah al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— prueba a quienes consideran que Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— es el autor del Corán que él no podía haberlo escrito, pues no tendría mucho sentido que se reprendiera a sí mismo.
44. Quienes en verdad creen en Al-lah y en el Día de la Resurrección no te piden permiso para no combatir con sus bienes y con sus vidas. Y Al-lah conoce bien a los piadosos.
45. Ciertamente, quienes te piden permiso son aquellos que no creen en Al-lah ni en el Día de la Resurrección y cuyos corazones están llenos de dudas, y por ello se mantienen vacilantes e indecisos.
46. Si (los hipócritas) hubiesen querido realmente salir a combatir, habrían hecho preparativos para ello, pero Al-lah no quiso enviarlos con ustedes e hizo que los venciera la pereza, y se dijeron (unos a otros): “Quédense con quienes permanecen (en sus hogares por estar eximidos de luchar[312])”.
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[312] Tales como: las mujeres, los niños, los ancianos, los enfermos, etc.
47. Si hubiesen salido con ustedes, no habrían aportado más que desorden y habrían buscado sembrar la discordia en sus filas, pues entre ustedes hay quienes los escuchan. Y Al-lah conoce bien a los injustos.
48. Ya intentaron sembrar la discordia (entre ustedes) con anterioridad (¡oh, Muhammad!, cuando llegaste a Medina) y te crearon todo tipo de problemas, hasta que llegó la verdad (la victoria de los creyentes en Badr) y triunfó la religión de Al-lah muy a su pesar.
49. Y entre ellos (los hipócritas) hay quien dice: “Permite que me quede y no hagas que caiga en la tentación[313]”. Pero cayó en la tentación (de no salir a combatir desobedeciendo al Profeta). Ciertamente, el Infierno cercará a quienes rechazan la verdad.
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[313] Quien profirió tal excusa decía sentirse muy atraído por las mujeres, y temía caer en la tentación de las mujeres bizantinas.
50. Si te sucede algo bueno (como la victoria en la batalla, ¡oh, Muhammad!), les disgusta; pero si sufres un revés, dicen: “Tomamos nuestras precauciones con anterioridad (al no combatir con ellos)”, y se alejan contentos.
51. Diles: “Solo nos sucederá lo que Al-lah haya decretado para nosotros, y Él es nuestro protector”; y en Él depositan su confianza los creyentes.
52. Diles (a los hipócritas): “¿Acaso esperan que nos suceda (algo malo, cuando no puede ocurrirnos) salvo una de las dos mejores cosas que hay (la victoria o el martirio)? Nosotros, no obstante, aguardamos a que Al-lah les envíe un castigo o a que caigan derrotados bajo nuestras manos”. Aguarden (a que les llegue su castigo), nosotros también esperamos (que les llegue).
53. Diles: “Tanto si dan caridad voluntariamente o a la fuerza, no les será aceptada, ya que son gente rebelde (que se niega a obedecer a Al-lah)”.
54. Y lo que den no les será aceptado porque no creen en Al-lah ni en Su Mensajero, rezan con desgana y solo dan caridad en contra de su voluntad.
55. No te dejes impresionar por sus bienes y por el número de hijos que tienen. Al-lah quiere castigarlos en esta vida a través de ellos y quiere que mueran rechazando la verdad (para que reciban Su castigo en la otra vida).
56. Y juran por Al-lah que son de los suyos, pero no lo son; son gentes que solo actúan así por temor a ustedes.
57. Si pudiesen encontrar un refugio, alguna cueva u otro lugar para esconderse, se apresurarían hacia él.
58. Y entre ellos hay quienes te critican por (cómo distribuyes) la caridad (¡oh, Muhammad!). Si reciben parte, se quedan satisfechos; pero si no reciben nada, se enojan.
59. Y más les valdría contentarse con lo que Al-lah y Su Mensajero les ofrecen y decir: “Al-lah nos basta, Él nos concederá de Su favor, y también lo hará Su Mensajero; anhelamos que Al-lah (nos enriquezca con Sus gracias)”.
60. El azaque debe ser para los pobres (quienes no poseen nada), para los necesitados (aquellos cuyos bienes no les son suficientes), para quienes trabajan en su recaudación y distribución, para ganar los corazones de quienes se inclinan hacia el Islam, para liberar a un esclavo (o ayudarle a comprar su libertad), para quienes están endeudados, para quienes luchan por la causa de Al-lah y para los viajeros (que carecen de medios para proseguir su viaje). Esto es lo que Al-lah decreta; y Al-lah es Omnisciente y Sabio.
61. Y entre ellos (los hipócritas) hay quienes pretenden ofender al Profeta y dicen (de él): “Es todo oídos (para quienes hablan sobre nosotros y se cree todo lo que le dicen)”. Diles (¡oh, Muhammad!): “Es todo oídos para aquello que los beneficia, cree en Al-lah, confía en los creyentes y trae misericordia para quienes creen de entre ustedes”. Y quienes ofenden al Mensajero de Al-lah recibirán un doloroso castigo.
62. Les hacen juramentos falsos para que estén complacidos con ellos, pero a quienes realmente deberían complacer es a Al-lah y a Su Mensajero, si de verdad fueran creyentes.
63. ¿Acaso no saben que quien se oponga y se enfrente a Al-lah y a Su Mensajero recibirá el castigo del fuego del Infierno, donde permanecerá eternamente? Esa será la gran humillación.
64. Los hipócritas temen que (Al-lah) revele una sura que descubra lo que esconden sus corazones (y, a pesar de ello, se burlan de la religión). Diles, ¡oh, Muhammad!: “¡Búrlense, que Al-lah revelará lo que temen!”.
65. Y si les preguntas (por qué se burlaban cuando regresaban con ustedes de Tabuk), dicen: “Solo hablábamos por hablar y bromeábamos[314]”. Diles: “¿Bromeaban burlándose de Al-lah, de Sus aleyas y de Su Mensajero?
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[314] En Tabuk, unos hipócritas se reían de los compañeros del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—diciendo que nunca habían visto a unos hombres tan hambrientos, tan mentirosos y tan cobardes en la batalla como ellos. Esto llegó a oídos del Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, y los hipócritas se excusaron diciendo que bromeaban hasta que Al-lah reveló estas aleyas.
66. No se excusen, pues han renegado de la fe (con sus burlas) después de haberla aceptado”. Aunque perdonemos a algunos de ustedes (por mostrar un sincero arrepentimiento), castigaremos a los demás por ser pecadores (al persistir en la hipocresía).
67. Los hipócritas y las hipócritas son iguales en cuanto a su comportamiento: ordenan el mal, prohíben el bien y no dan caridad. Han olvidado (obedecer) a Al-lah, y Al-lah los olvidará (negándoles Su misericordia). En verdad, los hipócritas son los (más) rebeldes (por desobedecer a Al-lah).
68. Al-lah ha prometido a los hipócritas, a las hipócritas y a quienes rechazan la verdad el fuego del Infierno donde permanecerán eternamente. Eso les bastará como castigo, y Al-lah los expulsará de Su misericordia y sufrirán un suplicio perpetuo.
69. (Ustedes, hipócritas, se burlan y rechazan la verdad) como las gentes que los precedieron, las cuales eran más fuertes que ustedes y poseían más riquezas e hijos. Disfrutaron de su parte correspondiente (de placeres terrenales), y ustedes han disfrutado de la suya como aquellas gentes hicieran, y se han entregado a la banalidad al igual que ellos hicieran. Sus acciones habrán sido en vano en esta vida y en la otra, y ellos serán los perdedores.
70. ¿Acaso no recibieron noticias de lo que les ocurrió a los pueblos que los precedieron, como el del Profeta Noé, el de 'Ad, el de Zamud, el del Profeta Abraham, el de Madián[315] y los que fueron puestos boca abajo[316] (las gentes del Profeta Lot)? Les llegaron sus mensajeros con claros milagros, pero no creyeron (y fueron exterminados); y Al-lah no fue injusto con ellos, sino que ellos fueron injustos consigo mismos (al rechazar la verdad).
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[315] ‘Ad, Zamud y Madián son los nombres de los pueblos donde surgieron los profetas Hud, Saleh y Shu’aib respectivamente (ver las aleyas 65, 73 y 85 de la sura 7).
[316] Al-lah castigó al pueblo de Lot, por practicar la sodomía y desmentir a su Mensajero, volteando las ciudades de Sodoma y Gomorra, de ahí que sean descritos en la aleya como quienes fueron puestos boca abajo.
71. Y los creyentes y las creyentes son aliados los unos de los otros. Ordenan el bien, prohíben el mal, practican el salat, entregan el azaque y obedecen a Al-lah y a Su Mensajero. Esos son quienes entrarán en la misericordia de Al-lah. Ciertamente, Al-lah es Poderoso y Sabio.
72. Al-lah ha prometido a los creyentes y a las creyentes jardines por los cuales corren ríos, donde vivirán eternamente, así como moradas en los Jardines de la Eternidad (situados en los niveles superiores del Paraíso). Y (obtener) la complacencia de Al-lah es superior a todo ello. Este es el gran triunfo.
73. ¡Profeta!, combate a quienes rechazan la verdad[317], así como a los hipócritas y sé severo con ellos. Tendrán su morada en el Infierno, ¡y qué pésimo destino!
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[317] La orden de combatir está dirigida contra aquellos hipócritas y quienes rechazan la verdad que atacan a los creyentes y quieren acabar con la religión del Islam.
74. (Los hipócritas) juran por Al-lah que no dijeron nada (malo sobre el Mensajero o los creyentes), pero, en verdad, dijeron palabras que demostraban su incredulidad, renegaron de la fe después de haber aceptado el Islam y tramaron sin éxito (un plan contra el Profeta[318]). Y ello a pesar de que Al-lah y Su Mensajero los habían colmado de gracias con Su favor. Será mejor para ellos que se arrepientan; mas, si se alejan de la fe, Al-lah les infligirá un castigo doloroso en esta vida y en la otra. Y no tendrán en la tierra quién los proteja o auxilie.
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[318] Probablemente se refiere al plan que urdieron unos diez hombres de entre los hipócritas para matar al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— una noche, a la vuelta de la batalla de Tabuk.
75. Y de entre ellos hay quienes hicieron un pacto con Al-lah diciendo: “Si nos concede de Su favor, daremos caridad y seremos rectos y virtuosos”.
76. No obstante, cuando les concedió de Su favor, fueron mezquinos y dieron la espalda a la fe con aversión.
77. Y Al-lah los castigó depositando la hipocresía en sus corazones hasta el día de su encuentro con Él por haber roto su promesa con Él y por haber mentido.
78. ¿Acaso no saben que Al-lah conoce sus secretos y sus conversaciones confidenciales, y que Al-lah posee el conocimiento absoluto de todas las cosas?
79. Esos son quienes critican a los creyentes que dan caridad voluntariamente y a quienes dan lo poco que pueden, y se burlan de ellos. Pero Al-lah hará que sus burlas recaigan sobre ellos mismos y les infligirá un doloroso castigo.
80. Tanto da si pides o no perdón por ellos (¡oh, Muhammad!); aunque pidieras perdón por ellos setenta veces[319], Al-lah no los perdonaría porque no han creído en Él ni en Su Mensajero. Y Al-lah no guía a la gente que se rebela (y se niega a obedecerle).
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[319] El número “setenta veces” es indicativo de muchas veces, y no debe entenderse en el sentido literal de la palabra.
81. Quienes se quedaron en sus casas se alegraron de no salir con el Mensajero de Al-lah (a combatir en Tabuk), pues les desagradó la idea de luchar con sus bienes y con sus vidas por la causa de Al-lah. Dijeron (a los demás): “No marchen a luchar con este calor”. Diles (¡oh, Muhammad!): “El calor del Infierno es mucho más intenso”. ¡Si lo hubiesen comprendido!
82. (Deja) que se rían un poco, que ya llorarán mucho (en la otra vida) como castigo por las malas acciones que cometieron.
83. Y si, tras tu regreso (de Tabuk), un grupo de quienes no salieron a luchar te piden permiso para salir a combatir (en otra batalla), diles: “No saldrán nunca conmigo ni combatirán conmigo al enemigo. Prefirieron quedarse la vez primera (en sus hogares); permanezcan, pues, con quienes se quedan atrás”.
84. Y no reces por ninguno de ellos cuando muera ni permanezcas ante su tumba, pues no creyeron en Al-lah ni en Su Mensajero y murieron en la rebeldía.
85. Y no te dejes impresionar por sus bienes y por el número de hijos que tienen. Al-lah quiere castigarlos en esta vida a través de ellos y quiere que mueran rechazando la verdad (para que reciban Su castigo en la otra vida).
86. Y cuando una sura es revelada y esta ordena creer en Al-lah y combatir al lado de Su Mensajero, los ricos de entre los hipócritas te piden que los eximas de luchar, y dicen: “Deja que permanezcamos con quienes se quedan (en sus hogares)”.
87. Se alegraron de quedarse con quienes permanecieron (en sus hogares por estar dispensados de luchar), y sus corazones han sido sellados (por no querer combatir) y no pueden comprender (aquello que les supondría un bien).
88. Mas el Mensajero y los creyentes que lo siguen combaten con sus bienes y con sus vidas (por la causa de Al-lah). Ellos serán agraciados (en esta vida y en la otra), y ellos serán los triunfadores.
89. Al-lah ha preparado para ellos jardines por los cuales corren ríos, y allí vivirán eternamente. Este es el gran triunfo.
90. Y llegaron a ti quienes se excusaban de entre los beduinos para que los dispensaras (de luchar); y quienes mintieron a Al-lah y a Su Mensajero permanecieron (en sus hogares). Quienes de ellos rechazaron la verdad tendrán un castigo doloroso.
91. Los débiles, los enfermos y aquellos que no disponen de medios no cometen ningún pecado (por permanecer en sus hogares) si son sinceros con Al-lah y con Su Mensajero. Quienes hacen el bien no serán recriminados (por no combatir). Y Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
92. Ni tampoco (incurren en falta alguna) quienes llegaron a ti (¡oh, Muhammad!) pidiéndote una montura (para salir a luchar) y les dijiste que no tenías ninguna para ellos, y se alejaron tristes, con los ojos repletos de lágrimas, por no disponer de medios (para combatir).
93. Quienes sí serán recriminados son quienes te pidieron que los eximieras (de combatir) a pesar de disponer de bienes y de medios en abundancia. Esos se alegraron de permanecer con quienes se quedaron (en sus hogares por estar dispensados de luchar), y Al-lah selló (por ello) sus corazones y desconocen (el final que les espera).
94. (Esos hipócritas) se excusarán ante ustedes (por no haber salido a luchar) cuando regresen a ellos (de Tabuk). Diles (entonces, ¡oh, Muhammad!): “No se excusen, pues no les creeremos. Al-lah nos ha informado acerca de ustedes. Al-lah y Su Mensajero verán sus acciones, y después comparecerán ante el Conocedor del gaib[320] y de lo manifiesto y les informará sobre lo que hacían”.
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[320] Ver la nota de la aleya 3 de la sura 2.
95. Les jurarán por Al-lah, cuando regresen a ellos (que son sinceros en sus excusas), para que se alejen de ellos (sin reprenderlos). Aléjense, pues, de ellos, puesto que son impuros. Morarán en el Infierno como castigo por sus acciones.
96. Les juran para que estén complacidos con ellos; mas, si los complacen (con sus palabras), (sepan que) Al-lah no se complace con la gente rebelde (que se niega a obedecerlo).
97. Los beduinos son los más obstinados en rechazar la verdad, los más hipócritas, y los más dados a desconocer los preceptos de la religión que Al-lah ha revelado a Su Mensajero. Y Al-lah es Omnisciente y Sabio.
98. Y entre los beduinos hay quienes consideran que sus contribuciones a la causa de Al-lah son como una sanción (que solo les reporta pérdidas), y desean que les suceda algún infortunio. La mala fortuna caerá sobre ellos. Y Al-lah oye y ve todas las cosas.
99. Y entre los beduinos hay quienes creen en Al-lah y en el Día de la Resurrección, y consideran que sus contribuciones son una forma de acercarse a Al-lah y de que Su Mensajero los tenga presentes en sus súplicas. Ciertamente, sus contribuciones los acercarán a Al-lah y Él los acogerá en Su misericordia. En verdad, Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
100. Y Al-lah está complacido con los primeros que abrazaron el Islam de entre quienes emigraron a Medina, con quienes les dieron allí acogida y con quienes los siguieron en la fe, y ellos están complacidos con Él. (Al-lah) les ha preparado (en el Paraíso) jardines por los cuales corren ríos, donde vivirán eternamente. Ese es el gran triunfo.
101. Y entre los beduinos de su alrededor y entre los habitantes de Medina hay quienes son hipócritas y persisten en la hipocresía. Tú no los conoces, pero Nos[321] sí los conocemos. Les infligiremos un doble castigo (en esta vida), y después serán conducidos a un castigo terrible (al fuego del Infierno).
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[321] El uso del pronombre en desuso “Nos” en vez de “Nosotros” se debe a que se trata del plural mayestático que no implica pluralidad, sino que exalta la autoridad y majestad de Al-lah; mientras que el pronombre “Nosotros” se reserva más para el plural de humildad, que no es el que usa el texto coránico.
102. Y hay otros que han reconocido sus pecados y que habían mezclado buenas con malas acciones[322]. Al-lah aceptará su arrepentimiento. Ciertamente, Al-lah es Indulgente y Misericordioso.
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[322] Esta aleya se refiere a unos nueve hombres que no salieron a combatir porque les ganó la pereza, a pesar de que habían acompañado al Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— en otras batallas. Tras la revelación de esta aleya, se arrepintieron sinceramente y se ataron a las columnas de la mezquita negándose a ser liberados excepto por el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. Este los perdonó y los desató.
103. Toma parte de sus bienes en caridad[323] para purificarlos y purgarlos (de sus pecados), y suplica por ellos (¡oh, Muhammad!). Tus súplicas les reportan sosiego. Y Al-lah oye y conoce todas las cosas.
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[323] Esta aleya puede referirse a quienes reconocieron sus pecados por no haber salido a combatir, o bien puede tener un sentido mucho más general sobre la obligación del creyente de pagar el azaque.
104. ¿Acaso no saben que Al-lah acepta el arrepentimiento de Sus siervos y los bienes que dan en caridad, y que Al-lah siempre perdona a quien se vuelve a Él arrepentido y es Misericordioso?
105. Diles (¡oh, Muhammad!): “¡Obren como quieran!, Al-lah, Su Mensajero y los creyentes verán sus acciones; después comparecerán ante el Conocedor del gaib y de lo manifiesto, y entonces les informará sobre lo que hacían”.
106. Y hay otros[324] (que tampoco salieron a combatir) que están esperando la decisión de Al-lah de castigarlos o perdonarlos. Y Al-lah es Omnisciente y Sabio.
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[324] Se refiere a tres creyentes que no salieron a combatir por pereza, al igual que los otros nueve que se ataron a los pilares de la mezquita hasta ser perdonados por el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—. Estos tres tuvieron que esperar cincuenta días, en los que sufrieron el aislamiento por parte del resto de creyentes, antes de que fuera revelada la aleya 118 de esta misma sura anunciándoles que Al-lah los había perdonado.
107. Y los (hipócritas) que construyeron una mezquita[325] para causar daño, apoyar la incredulidad, dividir a los creyentes, y como refugio de quienes habían luchado contra Al-lah y Su Mensajero con anterioridad jurarán que la construyeron con buena intención. Pero Al-lah es testigo de que mienten.
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[325] Se trata de la mezquita Dirar que fue construida cerca de la mezquita de Quba’ (donde solían reunirse los creyentes) poco antes de que el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— tuviera que dirigirse a Tabuk para luchar contra los bizantinos. Los hipócritas le dijeron al Mensajero de Al-lah —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— que la habían levantado para dar cobijo a los débiles y enfermos en las noches de lluvia, y lo invitaron a rezar en ella como señal de su aprobación. Al-lah se lo impidió y le informó, a través del ángel Gabriel, sobre las verdaderas intenciones de los hipócritas al erigir la mezquita, y el Profeta —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— ordenó destruirla a su vuelta de Tabuk.
108. No reces nunca en ella (¡oh, Muhammad!). Una mezquita basada en la piedad desde el primer día (la mezquita de Quba’[326]) es más digna de que reces en ella. En ella hay hombres que buscan purificarse. Y Al-lah ama a quienes se purifican.
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[326] Esta es una de las mezquitas más significativas para los musulmanes por ser la primera construida en Medina y haber sido planificada por el Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz—, quien, además, participó en su construcción.
109. ¿Quién es mejor, quien establece los cimientos de lo que edifica sobre el temor de Al-lah y Su complacencia o quien los establece en el borde de un precipicio, a punto de desplomarse, y (finalmente) se desploma y cae con él al fuego del Infierno? Y Al-lah no guía a los injustos.
110. La mezquita que construyeron no dejará de sembrar la duda en sus corazones, hasta que mueran. Y Al-lah es Omnisciente y Sabio.
111. Ciertamente, Al-lah ha comprado las vidas de los creyentes y sus bienes a cambio del Paraíso. Estos combaten por la causa de Al-lah, matan (al enemigo) y mueren en la lucha. Esta es una promesa que cumplirá y que consta en la Torá, en el Evangelio y en el Corán. ¿Y quién es más fiel a su promesa que Al-lah? Alégrense, pues, por la venta que han realizado. Este es el gran triunfo.
112. (Los creyentes, a quienes Al-lah les ha prometido el Paraíso a cambio de sus vidas y sus bienes, son:) quienes se arrepienten, quienes Lo adoran solamente a Él, quienes Lo glorifican con alabanzas, quienes ayunan, quienes se inclinan y se postran en sus rezos, quienes ordenan el bien y prohíben el mal, y quienes respetan los mandatos y límites que Al-lah ha establecido. ¡Y anuncia a los creyentes la buena nueva del Paraíso (oh, Muhammad)!
113. Ni el Mensajero de Al-lah ni los creyentes deben pedir perdón por los idólatras, aunque fueran parientes cercanos, tras tener pruebas claras de que estos habitarán en el Infierno (pues murieron rechazando la verdad).
114. Y si Abraham pidió perdón por su padre, fue debido a una promesa que le hizo, pero cuando vio con claridad que su padre era un enemigo de Al-lah, se desentendió de él. En verdad, Abraham invocaba constantemente a Al-lah y era tolerante.
115. Y Al-lah no extravía a un pueblo tras haberlo guiado (hacia la fe) sin antes haberle mostrado con claridad a su gente lo que debía evitar[327]. Ciertamente, Al-lah tiene conocimiento sobre todas las cosas.
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[327] Una vez incumplen las prohibiciones y los mandatos de Al-lah se extravían de la verdad, y Al-lah los deja en tal estado.
116. A Al-lah pertenece el dominio de los cielos y de la tierra. Él es Quien da la vida y la muerte, y fuera de Él no tienen quién los proteja y auxilie.
117. Al-lah ha perdonado[328] a Su Profeta (por haber aceptado las excusas de los hipócritas para no salir a combatir) y a sus compañeros creyentes de entre quienes emigraron a Medina y de entre quienes los acogieron y siguieron al Mensajero (para combatir en Tabuk) en unas condiciones difíciles, después de que los corazones de un grupo de ellos estuviesen a punto de desviarse (cayendo en la duda acerca de la religión debido a las dificultades que atravesaban). Mas Al-lah ha aceptado su arrepentimiento (y ha fortalecido su fe). Ciertamente, Él es Compasivo y Misericordioso con ellos.
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[328] El verbo taba, que se ha traducido por “perdonar”, no implica en árabe la necesidad de haber cometido un pecado o una falta; así pues, esta aleya también podría significar que Al-lah ha concedido Su misericordia y Su favor al Profeta Muhammad —que Al-lah lo bendiga y le dé la paz— y ha aceptado sus buenas acciones.
118. Y también (ha perdonado) a los tres creyentes[329] que no salieron a combatir (sin excusa alguna y que se apenaron profundamente por ello después) hasta el punto de sentir que la tierra los oprimía, a pesar de su vastedad, debido a su angustia; hasta que se dieron cuenta de que no podrían huir de Al-lah y de que solo en Él podrían refugiarse. Entonces, Al-lah hizo que se volvieran a Él arrepentidos para perdonarlos. Ciertamente, Al-lah acepta siempre el arrepentimiento y es Misericordioso.
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[329] Ver la aleya 106 de esta mismasura.
119. ¡Oh, creyentes!, teman a Al-lah (obedeciendo Sus mandatos) y permanezcan con quienes son sinceros en su fe.
120. Los habitantes de Medina y los beduinos que viven a su alrededor no deben negarse a seguir al Mensajero de Al-lah (como hizo un grupo de ellos que se excusó para no combatir en Tabuk) ni deben preferir su propio bienestar al del Profeta, puesto que toda sed, cansancio y hambre padecidos en la causa de Al-lah serán considerados como una buena acción, así como cada paso que den provocando con ello la ira de los incrédulos o cada derrota que inflijan al enemigo. Ciertamente, Al-lah no deja sin recompensa a quienes hacen el bien.
121. Y todo lo que gasten (en Su causa), ya sea poco o mucho, y cada valle que atraviesen (para enfrentarse al enemigo) les será tenido en cuenta para que Al-lah los recompense según las mejores acciones que realizaron.
122. Y no es conveniente que todos los creyentes marchen a combatir. Sería más apropiado que un grupo de cada tribu saliera a luchar y que los demás se instruyeran en la religión (junto al Profeta) y exhortaran a su pueblo, de regreso a ellos, para que temieran (el castigo de Al-lah y obrasen en consecuencia obedeciendo Sus mandatos).
123. ¡Oh, creyentes!, combatan con dureza a los incrédulos que se hallen cerca de ustedes y sepan que Al-lah está con quienes Lo temen.
124. Y cada vez que una sura del Corán es revelada, hay un grupo (de hipócritas) que se dicen entre sí (burlándose): “¿A quién le ha aumentado la fe?”. Los creyentes ven su fe aumentada[330] y se regocijan en ello.
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[330] Esta aleya es una prueba de que la fe puede aumentar y disminuir mediante los actos de obediencia o desobediencia a Al-lah.
125. Pero aquellos cuyos corazones están enfermos de duda e hipocresía ven cómo crece cada vez más su aversión[331] a la verdad y morirán rechazándola.
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[331] También puede significar que aumentan sus dudas o su confusión.
126. ¿Acaso no ven que son puestos a prueba una o dos veces al año (con distintas calamidades) y aun así no se arrepienten (de su hipocresía) ni meditan sobre ello?
127. Y cada vez que una sura del Corán es revelada (donde se mencionan los hipócritas), estos se miran unos a otros (—cuando el Profeta la recita— y se hacen guiños entre ellos burlándose de lo que ha sido revelado, y se dicen): “¿Los ve alguien?”; (y si no los ve nadie,) se levantan y se alejan (del Profeta). Al-lah ha alejado la fe de sus corazones porque son gentes que no razonan.
128. Ciertamente, les ha llegado un Mensajero de entre ustedes (Muhammad), que se aflige si padecen dificultades, se preocupa por ustedes y es compasivo y misericordioso con los creyentes.
129. Pero si se alejan de la fe, diles (¡oh, Muhammad!): “Al-lah me basta. No hay nada ni nadie que merezca ser adorado excepto Él. A Él me encomiendo, y Él es el Señor del Gran Trono”.